BAALBEK:
El Lugar de Aterrizaje de los Anunnaki
«Mientras en el Abzu [enclave subterráneo del sudeste de África] Enki hacía sus preparativos, Enlil supervisaba en su nave celeste los trabajos en el Edín [Mesopotamia]. Tomó cuenta de montañas y ríos, tomó medidas de valles y llanuras. Estaba buscando dónde establecer un Lugar de Aterrizaje, un lugar para las Naves Espaciales.
«Enlil, afectado por el calor del Sol, estaba buscando un lugar fresco y umbrío. Las montañas cubiertas de nieve de la parte norte del Edin eran de su agrado. Allí, en un bosque de cedros, estaban los árboles más altos que hubiera visto jamás.
«Allí, en un valle entre montañas, allanó la superficie con Rayos de Fuerza. Los héroes extrajeron de las laderas grandes piedras para tallarlas. Las transportaron y las colocaron para sostener la plataforma con las Naves Celestes.
«Enlil vio con satisfacción la obra, ¡realmente, era una obra increíble, una estructura imperecedera! Una morada para él, en la cima de la montaña, era su deseo.
«De los altos árboles en el bosque de cedros se prepararon largas vigas, decretó que de ellos se construyera una morada para sí mismo: la nombró la Morada de la Cima Norte».
(«El Libro Perdido de Enki», Cuarta Tablilla).
Las ruinas de Baalbek se encuentran a unos 90 kilómetros de Beirut (Líbano) en el Valle de la Beqaa, a los pies de las montañas del Antilíbano. Lo primero que llama la atención de este colosal conjunto arquitectónico es que, el mayor de los templos romanos de todos los tiempos fue construido en este emplazamiento. Nos referimos al Templo de Júpiter, cuyas columnas más altas alcanzaban los 32 mts y las más anchas 3,75 mts. Sólo algunas de ellas han resistido el paso del tiempo y las fuerzas de la naturaleza. Nobles e incluso emperadores de Roma recorrían más de 2.000 kilómetros para honrar la figura de su máximo dios, precisamente en este lugar del Medio Oriente.
Pero antes de que las legiones de Roma conquistasen esta región del Líbano, Baalbek era poseedora de una historia que se remontaba muchos años atrás. Al igual que los romanos, los griegos fueron atraídos igualmente a este lugar, denominádolo Heliópolis (Ciudad del Sol), y mucho antes que ellos fueron los fenicios quienes establecieron sus centros de culto, y así, se pierden los orígenes de este mítico y sagrado lugar, cuna de los más poderosos dioses del mundo antiguo, hasta alcanzar el rango de leyenda.
Conjunto de Templos de Baalbek:
1. Templo de Júpiter. 2. Gran Patio. 3. Patio Hexagonal. 4. Entrada. 5. Templo de Baco. 6. Templo de Venus.
Existen otros dos templos dedicados a otras deidades, Venus y Baco (Mercurio), todos ellos emplazados sobre una gigantesca plataforma artificial, rodeada por un muro defensivo que hace también de pared de contención del terraplén de la cima que forma una explanada horizontal de 450.000 mts cuadrados. Todo este inmenso complejo arqueológico permaneció en el olvido hasta que en 1751 Robert Wood y el dibujante James Dawkins restablecieron de nuevo en todo el mundo la admiración y la curiosidad por este mágico enclave.
Pero si hay algo que de verdad ha despertado la admiración y el asombro de todos los estudiosos, ha sido la terraza sobre la que se emplaza el Templo de Júpiter. Su origen es anterior a la ocupación romana, aunque no existe un consenso entre los investigadores para establecer quiénes fueron los constructores de tan impresionante estructura.
Y es que esta terraza cuenta con el grupo de bloques de piedra más pesados que se pueden encontrar en todo el mundo. En su muro sudeste existe una hilera de 9 bloques de granito donde cada uno de ellos mide 10 mts de largo por 4 de alto y 3 de fondo, con un peso de más de 300 toneladas. Justo en el lado opuesto, el muro sudoeste y a la misma altura, podemos ver en esta ocasión otra hilera de 6 bloques de las mismas características citadas anteriormente, y asentados sobre ellos, tres gigantescos bloques que han pasado a ser conocidos popularmente con el nombre del «Trilitón».
Cada uno de estos bloques de duro granito mide nada más y nada menos que 20 mts por término medio. Su altura es de 4,5 mts y poseen un espesor de 3,5 mts. Las tres «chinitas», sobrepasan fácilmente las 800 tons, aunque existe un cuarto bloque de mayores dimensiones denominado la Piedra del Sur, abandonado en una cantera próxima a Baalbek.
Una vez más el misterio radica en cómo fue posible el corte, traslado y ubicación de semejantes moles de piedra. Nada nuevo cuando nos enfrentamos a numerosas construcciones de la antigüedad, algo aparentemente sencillo a pesar de lo rudimentario de sus herramientas y que involucionó hasta el día de hoy de manera que no existe ni tan siquiera un sólo pueblo que sea capaz de imitar a sus ancestros.
Como en otros lugares, en Baalbek nadie a dado una solución convincente, aunque oficialmente, los sectores más conservadores atribuyen a griegos y romanos la construcción de esta terraza, pero es más un deseo que una evidencia palpable, pues no existe ni una sola prueba documental de este increíble evento, que hubiese constituido todo un honor para su constructor proclamar a los cuatro vientos, por no hablar de la inexistencia total de tecnología romana conocida capaz de mover colosos de 800 tons en ningún punto de su basto imperio. Por otro lado, las tradiciones locales asocian la construcción de Baalbek a gigantes y demonios en tiempos del mítico diluvio.
Para añadir algo más de misterio a la terraza del Templo de Júpiter, diremos que han sido encontradas numerosas piedras vitrificadas, un fenómeno geológico que solo puede asociarse a la enorme acción de una fuente de calor. Este extraño y curioso detalle que muchos investigadores han pasado por alto, y que puede ser observado por cualquier visitante, ha servido a otros para asegurar que la gigantesca terraza sirvió como una plataforma o rampa de lanzamiento de naves espaciales propulsadas por energía nuclear.
Este es el caso del Profesor Mates M. Agrest, de la extinta Unión Soviética, Doctor en Ciencia, Física y Matemáticas de la Universidad de Moscú, que llegó a trabajar para el Programa Soviético de Energía Atómica hasta el año 1992.
Agrest ha mantenido a lo largo de los años sin ningún tipo de complejo ni miedo a su reputación que, todas las evidencias en Baalbek señalan que este lugar fue un centro destinado al despegue de naves de origen extraterrestre, y que la misión de la terraza estuvo destinada a ejercer de barrera de protección contra la irradiación producto de los cohetes en el momento del despegue.
Baalbek en la antigüedad fue siempre relacionada con la morada de los dioses, y no faltan relatos como es el caso del Antiguo Testamento, donde en sus alrededores eran presenciados «Carros de Fuego» que surcaban los cielos. El propio profeta Elías subió al cielo en uno de ellos.
También entre las Tablillas Sumerias encontramos referencias a este enclave como el «Lugar de Aterrizaje» de los Anunnaki «en las Montañas de los Cedros».
Próximo a las ruinas de esta mítica ciudad, se encuentra la cantera de donde se extrajeron los enormes bloques de piedra que sirvieron para construirla.
Este lugar situado a los pies de la colina de Cheikh Abdallah no tendría nada de especial sino fuera porque aquí se encuentra el bloque de piedra tallado más pesado del mundo. Sus espectaculares medidas son 21,5 x 4,2 x 4,8 metros, y su peso supera con creces a los más grandes bloques de trilitón.
En el caso de este bloque de Cheikh Abdallah, conocido con el nombre de La Piedra del Sur, se ha estimado su peso entre las 800 y 1.200 tons, aunque no existe un criterio común a la hora de calcularlo por los diferentes investigadores que han reparado en su descomunal tamaño. Hay quienes se aventuran incluso a asegurar que este bloque alcanza fácilmente las 2.000 tons.
Se cree que fue precisamente su enorme peso lo que impidió su traslado a Baalbek, junto a sus compañeros del trilitón. Un extraño error de cálculo que trata de justificar su abandono en la cantera y que jamás nadie se atreviera en épocas posteriores a intentar mover semejante coloso.
De cuándo fue realizado nada se sabe, aunque oficialmente se insiste una y otra vez que el conjunto de ruinas de Baalbek fue levantado sobre un viejo asentamiento fenicio por los griegos y posteriormente rehabilitado por los romanos. Sin embargo no existe en ningún lugar del mundo greco-romano, una construcción con semejantes moles pétreas.
¿Por qué iban a construir entonces la mayor y más impresionante de sus obras a tantos kilómetros de sus metrópolis? ¿Por qué no podemos ver en Roma o Atenas bloques similares?
Por otro lado, y si tomamos el peso más ligero que se le atribuye a La Piedra del Sur, unas 800 toneladas, ¿cómo pensaban trasladar este monstruo? El terreno que lleva desde la cantera a Baalbek (poco menos de un Kilómetro) es enormemente abrupto y lleno de desniveles. Hoy en día existen grúas que podrían levantar este coloso, pero para poder mover estos pesos, la maquinaria actual necesita ser emplazada sobre una plataforma móvil, bien sobre una gigantesca oruga o bien sobre unos raíles como los que se utilizan en los muelles de los puertos de carga y descarga.
Próxima a Baalbek se encuentra la mayor piedra labrada por la mano del hombre de todos los tiempos.
La idea de miles de hombres y animales tirando un millón de Kilogramos resulta absurda. Es un total contrasentido utilizar un sólo bloque de este peso, cuando sería mucho más sencillo dividirlo en bloques más pequeños, que no afectarían en absoluto a la calidad y diseño de la construcción.
No parece ser que ni la orografía del terreno, ni el peso de la piedra fuesen un problema para sus constructores al igual que otros gigantescos bloques de 800 y 1.000 tons que se encuentran diseminados en distintas edificaciones de Baalbek.
De acuerdo a las Crónicas Sumerias, Baalbek fue construida hace 412.000 años. |