EL JUEGO DE PELOTA
Disco de Chinkultic Chiapas, México.
El juego de pelota, que fue común en todos los pueblos mesoamericanos y que tuvo su origen unos tres mil años antes de Cristo, cumplía entre los mayas una función ritual.
Dos equipos (el número de jugadores variaba según las regiones) se enfrentaban en una cancha cuyas medidas también eran variables (la más grande del Mundo Maya es la de Chichén Itzá, México, con ciento cuarenta metros de largo por treinta y cinco metros de ancho). Dos muros paralelos e inclinados corrían a lo largo del campo, uno frente al otro. En cada muro había tres discos, puestos a distancias iguales entre sí, a varios metros del suelo y perpendiculares a éste; eran los marcadores, o anillos de piedra.
El juego consistía en lograr que la pelota (llegó a medir cincuenta centímetros de diámetro y a pesar más de un kilo) golpease algún marcador o pasase a través de algún anillo, para lo cual sólo podía impulsársela con los codos, las rodillas y las caderas. Habitualmente, el juego terminaba luego de la primera anotación. |