Angkor Thom, la gran ciudad muerta
Angkor Thom = 'Gran Capital'.
Situada a 1,5 km al norte de Angkor Vat. Fundada por Jayavarman VII a finales del siglo XII, sobre el asentamiento de una ciudad anterior (de Udayadityavarman II) cuyo centro y templo de Estado era el Baphuon, y que había sido arrasada en 1177 por la invasión de los cham. Fue la última ciudad fundada por el imperio jemer en la zona de Angkor.
Se ha estimado que la población de Angkor Thom pudo haber alcanzado en su tiempo la cifra de un millón de habitantes.
El trazado urbano de esta ciudad es de planta cuadrada, con un área de 10 km2 cercada por una muralla de más de 12 km de perímetro, a su vez resguardada por un foso de 100 m de ancho que la rodea por su exterior. En el centro mismo del cuadrado se levanta el Bayon, templo de Estado de Jayavarman VII, y al norte de este templo se extiende el recinto del palacio real: una distribución habitual en el urbanismo jemer.
Angkor Thom es, junto a Angkor Vat, una de las zonas monumentales más grandiosas entre las que se conservan en Angkor. En el interior de sus murallas subsisten las ruinas de un gran número de edificios religiosos y civiles, como los templos de Baphuon y Phimeanakas (ambos anteriores a la fundación de la urbe), el célebre templo de Bayon (con sus más de 50 'torres de caras'), el Palacio del rey (con su Terraza de los Elefantes y su Terraza del 'Rey Leproso'), y una multitud de santuarios más pequeños, como los cuatro Prasat Chrung, los cinco templos de Preah Pithu, los dos Kleang, el Tep Pranam, el Preah Paliley, y las doce torres del Prasat Suor Prat. Mencionemos también las cinco puertas monumentales de la muralla y las avenidas que conectaban estas puertas con los edificios principales.
Indice de textos
- Puertas de la muralla
Caminábamos desde hacía una hora a través de la ininterrumpida fronda, por entre flores gigantescas, cuando, por fin, se alzan ante nosotros las fortificaciones de la ciudad, siempre en plena noche verde, bajo el entrelazado del ramaje. Antiguamente estaban protegidas por fosos de cien metros de anchura, que la tierra y las hojas secas acaban de rellenar, y tenían cuatro leguas de perímetro. Hoy se las tomaría por peñascos, por lo altos y toscos, deformados por el trabajo paciente de las raíces, invadidas por la maleza y por los helechos. Y la 'Puerta de la Victoria' por la que vamos a pasar, parece al primer golpe de vista la entrada a una caverna franjeada de lianas...
Pasando esta puerta, coronada por sombrías figuras, penetramos en lo que fue la inmensa ciudad.
Preciso es saberlo; pues, en lo interior de las murallas, la selva se prolonga tan sombría, tan apretada, y desplegando hacia lo alto su ramaje secular.
(Pierre Loti, Peregrino de Angkor)
ANGKOR
Las larguísimas murallas de laterita de Angkor Thom, de más de 3 km de lado, y 8 m de altura, pueden ser atravesadas por cinco puertas monumentales. Cuatro de ellas están situadas en el justo centro de cada cara del cuadrado, orientadas hacia los cuatro puntos cardinales. Dos avenidas conectan respectivamente la puerta norte con la puerta sur, y la puerta este con la oeste, cruzándose en el centro del cuadrado de la ciudad, punto donde se levanta el Bayon. Un quinto portalón, llamado 'Puerta de la Victoria', se abre en la cara oriental de la muralla, unos quinientos metros al norte de la Puerta Este, y de allí parte otra calzada (la 'Avenida de la Victoria') que discurre paralela a la avenida este-oeste y va a parar a la parte central de la Terraza de los Elefantes, donde se halla la entrada principal al Palacio Real de Jayavarman VII.
Estas cinco puertas monumentales son casi idénticas en su factura. El alto umbral de sus entradas está coronado por cuatro gigantescas cabezas que miran a los cuatro puntos cardinales. Se trata de la efigie del bodhisattva Lokeshvara, con los rasgos del rey Jayavarman VII (que se identificaba con aquél), tocado con una alta tiara y adornado de joyas, con los párpados semicerrados en actitud de meditación, y una suave sonrisa esbozada en el rostro. Las descomunales cabezas están realizadas con sillares de piedra caliza moldeados a propósito para obtener con su superposición los rasgos faciales del bodhisattva-rey. De forma que componen una edificación que es a la vez una colosal estatua. Arquitectura y escultura fusionadas en una unidad inseparable. Por dentro las cabezas están huecas, encerrando una alta bóveda. A uno y otro lado del umbral, sendas esculturas de Indra sobre el elefante de tres cabezas Airavata flanquean la puerta. Las seis trompas de los elefantes aferran racimos de flores de loto. La composición se completa con hileras de figuras orantes sentadas por encima de las estatuas de Indra, y dos apsaras o ninfas celestiales danzantes.
Para acceder a estas puertas hay que atravesar el foso acuático de 100 m de ancho que confina la ciudad, pasando sobre diques a modo de puentes. Estas pasarelas están parapetadas por balaustradas compuestas por estatuas gigantes tomadas del motivo mítico del 'Batido del Mar Lácteo'. La balaustrada de la izquierda (mirando a la puerta) está compuesta por una fila de 54 devas o dioses sosteniendo con sus manos una naga o cobra sagrada. La fila de la derecha se compone de 54 asuras o demonios enfrascados en el mismo cometido.
Esta disposición se repite en las cinco puertas, pero sólo en el puente de la Puerta Sur (que ha sido restaurada) se puede apreciar con claridad, al estar las balaustradas de los restantes puentes muy destruidas.