Los Templarios dejaron su huella en Fisterra al igual que lo hicieron en el Finistère de Bretaña, Francia (país del que eran originarios).
Comenzamos este artículo estudiando su impronta en el exterior de la "ecclesie ste. Marie de finibus terre", según reza en la donación que hizo Doña Urraca Fernández, en el año 1199, para su construcción, quien también donaría en paralelo la iglesia de Cambre.
Las parroquias más próximas a Finistere de San Martiño, San salvador y el valle de Duio pertenecían al monasterio cistercense de Toxosoustos ("tribulis altis") donadas en 1135 y es sabido que hubo un itinerario marítimo de peregrinos que pasaba por aquí, documentado en 1154 desde Inglaterra a Santiago.
Rodeando el templo, nos encontramos grabada en la pared oriental la inconfundible cruz templaria casi imperceptible por el paso del tiempo; en el muro norte, al lado de la puerta santa, otra más pequeña; un espiral o laberinto y otra cruz templaria; en la pared occidental una cruz inscripta en un círculo y en el lado sur una rueda de 8 rayos.
Analicemos sucintamente cada caso.
Las cruces
Una cruz es de extremos cóncavos y otra de extremos convexos e indentifican al dueño del templo. La cruz pequeña representa las "Ocho Beatitudes", que son: contento espiritual, vivir sin maldad, lamentar los pecados, humillarse ante el ultraje, amar la justicia, ser misericordiosos, ser puros de corazón y sufrir con paciencia las injusticias.
La figura en espiral o laberinto
El laberinto, tiene una doble razón de ser, en cuanto permite o veda, según los casos, el acceso a determinado lugar donde no todos pueden penetrar indistintamente; solo los que están "cualificados" podrán recorrerlo hasta el fin, mientras que los otros se verán impedidos de penetrar o extraviarán el camino. Se ve inmediatamente que hay aquí la idea de una "selección", en relación evidente con la admisión a la Orden.
La cruz en el círculo
La cruz en el interior de un círculo se ha tomado, desde una época muy antigua, como una figura "solar", pero el sol mismo es un símbolo del Principio divino. A su vez, esta figura es imagen de un ciclo de manifestación, como los ciclos cósmicos de los hindúes. Las divisiones determinadas sobre el círculo por los brazos de la cruz corresponden a las diferentes fases en que se divide este ciclo, según sea más o menos extenso: se tendrá así, por ejemplo y para atenernos sólo al orden terrestre, los cuatro momentos del día, las cuatro fases de la luna, las estaciones del año o las cuatro edades de la Humanidad.
No hago más que dar una pequeña idea de lo que expresa el símbolo en cuestión; y que está relacionada directamente con el siguiente y último signo.
La rueda de 8 rayos
La "rueda celta" se representa con seis u ocho rayos. La segunda de esas dos formas se encuentran también en países orientales, como el Tíbet o la India (donde se la llama chakra). La rueda en lugar de ser un simple signo solar, es ante todo un símbolo del Mundo. En la simbología hindú se habla constantemente de la "rueda de la vida", lo cual corresponde netamente a esa significación. El número 8 indica "justicia" y "equilibrio". Este signo desempeñó un papel importante en el simbolismo templario, pues se la ve tanto como signo heráldico de estatuas funerarias del siglo XIII; como grabada en muros de distintas encomiendas francesas. No son sino un ejemplo entre muchos, de la continuación de las tradiciones célticas a través de todo el Medioevo.
Los Templarios en Galicia
Los Templarios llegan a Galicia a mediados del siglo XII, apareciendo referencias a su presencia en las tierras de Celanova (Orense) en 1142. Por iniciativa de Fernando Pérez de Trava, quien les hizo varias donaciones, los monjes-caballeros se establecen en Burgo de Faro (La Coruña), núcleo urbano y portuario en el cual fundarían su más importante encomienda de Galicia.
A partir de estos asentamientos, la Orden del Temple comenzará a expandirse por todo el territorio gallego, creando encomiendas en Betanzos (La Coruña); Sanfiz do Hermo, Neira y Canabal (Lugo); Amoeiro (Orense) y Coia (Pontevedra), además de otras en las comarcas coruñesas de Bergantiños y Ferrol. Estas bailías y encomiendas, gobernaban numerosas propiedades: casas, iglesias, montes, fincas, etc, estando al frente de ellas un comendador. Están situadas estratégicamente en los caminos de peregrinación a Santiago de Compostela y en los puertos de mar. Pues aparte de gestionar sus bienes, se ocupaban de la protección de peregrinos y viajeros con los cuales a su vez, cubrían los gastos de las cruzadas.
Tras el proceso a los Templarios, las encomiendas y bienes gallegos pasan a manos de Fernando IV, quien ya se hiciera con algunos pazos de la Orden, lo que originó problemas con los Hospitalarios, ya que el papa Clemente V había asignado a la Orden del Hospital. Mas tarde, Alfonso XI nombraría a Pedro Fernández de Castro como depositario de los bienes de la Orden en Galicia y León, aunque después en realidad se produjo un constante espolio por terceras personas. Posteriormente, en el último tercio del siglo XIV, la familia de los Andrade se hizo con la posesión de muchos bienes templarios por su parentezco con D.Bermudo de Trava,hermano de D.Fernando.
LISTADO DE ENCLAVES TEMPLARIOS GALLEGOS
La Coruña
Amaea - Arentia - Betanzos - Caaveiro - Cambre - Castro - Corcubión - Culleredo - Dos Freires - El Burgo - Faro - Finisterre - Isla de Colleira - La Coruña - Laxe - Loxo - Melide - Muros - Muxía - Noia - Ortigueira - Oza de los Ríos - Padrón - Pontedeume - San Miguel de Breamo - San Payo dos Freires - Santa María del Temple - Santiago de Compostela - Santiago de Sigrás
Lugo
Canabal - Lugo - Neira - San Fiz - Temple - Viveiro
Orense
Amoeiro-Coia - Astureses - Boborás - Cabrejas - Camporamiro - Castro Covadoso - Limia - Moldes - Monforte de Lemos - Orense - San Cristóbal de Regodeigón - San Juan de Ribadavia - San Mauro de Argoya - Santa María de Beade - Vilar das Donas
Pontevedra
Bembrive - Canido - Coya - Creciente - Isla de San Simón - La Guardia - Mosteiro - Orrea - Pontevedra - Ventosa - Vigo
Soriaymas.com agradece al autor el envío de este reportaje y de las imágenes que le acompañan de la iglesia de Santa María de Finisterre. A él, por tanto, le corresponden los derechos de autor correspondientes.