TISANAS
De todas las preparaciones con plantas medicinales las tisanas son las más utilizadas y las que presentan una forma más segura y natural de adquirir los principios activos de las plantas. Se pueden realizar con una sola planta o con varias a la vez. En general, se confeccionan tomando como elemento principal la hierba base y como disolvente el agua, normalmente caliente, aunque también puede realizarse en agua fría. De tratarse de infusiones mixtas, a la planta base debe añadirse otra u otras que refuerzan su acción y alguna o algunas que hacen que el preparado sea más sabroso y más fácil de tomar. Pueden endulzarse para que resulten más agradables, en cuyo caso es conveniente hacerlo con miel.
Dentro del concepto de tisana tenemos las siguientes preparaciones:
Infusiones: Es el método más frecuente de extracción del los principios activos de una planta. Consiste en verter agua caliente, generalmente sobre las partes más tiernas - hojas, o flores - , y dejarla reposar entre 5 y 10 minutos. Normalmente se realiza depositando una cucharada pequeña de planta seca en el interior de una taza, lo que equivaldría a un peso aproximado de 2-3 gr. Si se trata de hierba fresca la cantidad suele ser el doble. Una vez la hierba dentro se verterá agua que acaba de romper a hervir y se tapara para que no se evaporen las propiedades que se encuentran en sus aceites. Si tiene un sabor que no resulta agradable es mejor endulzar con miel. Si se desea preparar con cazuela o con algún recipiente , se verterá en la misma medio litro de agua. Cuando esta a punto de hervir se añaden 6 cucharadas pequeñas de hierba seca o 10 de tierna - entre 20 y 30 gr., respectivamente - y se seguirá el mismo proceso anterior. Debe guardarse en la nevera o en un lugar fresco si se desea conservar, no debiendo hacerlo más allá allá de un día. Normalmente se toman de 2 a tres tazas al día.
Decocciones o cocimientos : La decocción o cocimiento es el método de extracción de los principios activos de una planta consistente en hacerla hervir en agua a fuego lento desde 3 minutos a 30 , generalmente sobre las partes más duras de la misma desmenuzadas - raíces, tallos, cortezas o semillas- , y dejarla reposar con un tiempo mínimo de 10 minutos. Para realizar este proceso, se verterán unas 6 cucharaditas de hierba seca o el doble de fresca en 3/4 de litro de agua. Se enciende el fuego hasta que hierva y mantenerlo así hasta que el líquido se reduzca en una tercera parte, es decir sobre medio litro, lo cual se producirá normalmente entre los 20 minutos y la media hora. Luego colocar un colador sobre la taza y filtrarla. Conservar en la nevera o en un lugar fresco un máximo de 24 horas. Se pueden tomar normalmente entre 2 y 3 tazas diarias.
Maceraciones: la maceración es el método de extracción de los principios activos de una planta consistente en dejar reposar una hierba en agua fría durante un periodo considerable de tiempo que puede oscilar entre unas 6 horas y varias semanas. Se confecciona en una proporción de 20 partes de agua por 1 de hierba.
Jugos o zumos: Aunque no sea propiamente una tisana, la incluimos en este grupo porque en este procedimiento no intervienen solventes diferentes al agua. El jugo o zumo se obtiene a partir del líquido de las plantas que se extrae mediante presión manual o mecánicamente . Puede obtenerse de los frutos o de otras partes tiernas de la planta. Para aprovechar las propiedades medicinales, este líquido puede beberse directamente o aplicarse externamente, después de filtrarlo.