RECIBIR EL CONSUELO DE LA LUNA
A la vista de todos, ella despliega sin reparos sus ciclos de iluminacion y sombra, suficientemente poderosos para influir sobre los vastos oceanos.
Regular, constante, increiblemente bella, trae luz a las tinieblas.
La luna es nuestro incono, eternamente femenino, una tutora celestial que nos infunde el reconocimiento de nuestro a menudo sombreado esplendor.
A lo largo de los siglos, a medida que las religiones defendieron la idea de que solo lo masculino era sagrado, el poder y la trascendencia de Hermana Luna se vieron progresivamente reducidos. Pero esta surgiendo una conciencia mas equilibrada y nos estamos dando cuenta de que, para estar compeltos, lo sagrado debe abrazar de forma natural todos los aspectos complementarios del ser: lo masculino y lo femenino, la oscuridad y la luz, el pensamiento y el sentimiento.
Como mujeres, llevamos la esencia de la feminidad que simboliza Hermana Luna dentro de las células de nuestro cuerpo y en el tejido de nuestras almas. De manera intuitiva, somos capaces de reconocer la importancia de Luna, la Diosa Creadora, y podemos invitarla a reasumir el lugar que le corresponde como nuestra maestra. Una vez venerada y designada con los nombres sagrados de "Madre del Universo", "la Anciana que Nunca Muere" y "la Eterna", la Luna puede traernos consuelo y, a la vez, inspirarnos a respetar y aprender de todos nuestros propios ciclos naturales: los flujos y reflujos, las subidas y bajadas y el crecer y menguar.
Una noche, despues de acostar a mi hijo, cansada ya de soportar los "dardos dolorosos" de lo cotidiano, me senté en el suelo y apoye la frente sobre la puerta sollozando sin control. A medida que mis lagrimas se fueron apaciguando, sentí como si estuviera siendo acunada por una cariñosa y tierna abuela. Al descansar en esos amables brazos, un pequeño rayo de luz empezo a brillar en mi corazón.
"Cuando abri los ojos, la primera cosa que ví fue la luna llena, y simplemente sabia que los brazos que me arropaban eran los suyos. Desde entonces he sentido una relación de parentesco muy especial con la Luna"
Como Hijas de la Luna que somos, nosotras tambien estamos llamadas a traer Luz a las tinieblas e impartir siempre sonrientes miles de bendiciones.
El Libro del Alma