Diosa-serpiente , amuleto de oro encontrado colgado del cuello de la momia de Tutankhamón
LA SERPIENTE EN EL MUNDO ANTIGUO
Por Ana María Vázquez Hoys, publicado en el Boletín de la Asociación de Amigos de la Arqueología nº14, Madrid, Diciembre 1981, pp.33-39(Depósito Legal M-24.361-1974, I.S.S.N.-4.741)
página 1. La serpiente en las religiones mediterráneas
La presencia del tema de la serpiente en la iconografía peninsular, dentro del variado mundo de las creencias religiosas, se presenta de una forma tan variada, su interpretación tiene tantas facetas, que su sentido se nos escapa a menudo. Por eso, a lo largo de nuestros estudios sobre el tema de la religión romana en Hispania, la serpiente que aparecía una y otra vez, acompañando a dioses y diosas de características tan diferentes como Diana y Esculapio, Proserpina, Cibeles..., atrajo nuestra atención. Y aunque un análisis exhaustivo del tema nos parece tan escurridizo y sinuoso como la serpiente misma, también es cierto que su gran interés no nos permite dejarlo de lado.
En primer lugar, la serpiente aparece como símbolo de la muerte. Su aspecto es repulsivo, se le asocia generalmente como genio del mal, con las tinieblas, con la tierra. Pero también es el símbolo de la medicina y por ende de la salud y la vida, de la resurrección. La serpiente es un animal que aparece y desaparece, que cambia de piel en primavera, que renace después de un largo invierno de frío y de muerte. Ambivalente, se le asocia al espíritu de los muertos, a la vez como muerte y resurrección. Cerrándose en circulo, representa el símbolo solar, fuente de vida y poder, señor del universo.
La Península Ibérica está colocada en una posición intermedia, de puente, entre las tendencias que podríamos llamar "nórdicosolar" y "mediterráneo-subterránea". Los diferentes pueblos que con sus múltiples creencias han dejado las huellas de su paso y asentamiento en Hispania han tenido en común este motivo iconográfico de la serpiente; de aquí las dificultades que el tema y su interpretación entrañan para el investigador.
Sabemos en primer lugar de la existencia de un culto ofiolátrico en la protohistoria peninsular( 1) y hallamos a la serpiente en los cultos celtas del Noroeste (Galicia y región del Miño)(2), cultos conocidos sobre todo por los estudios de Bouza Brey y López Cuevillas( 3), que indican una coincidencia
De la presencia del culto a la serpiente en lugares elevados nos da alguna idea la toponimia actual de la región gallega (Montaña de Serpe, en las estribaciones montañosas del macizo de D. Ramiro, de donde prove~ía una invasión de serpientes que expulsaron a los habitantes del monte dos Castelos, en Entrimo (4bis) Esta presencia la hallamos también en la Biblia (5).
Es así mismo muy curiosa la ceencia recogida en una extraña copla, en que se cuenta que las serpientes, al hacerse viejas, marchaban a Babilonia, donde se tienden a lo largo y se llenan de musgo, tomando el aspecto de un tronco de árbol derribado (6).
Tampoco faltan en el folklore gallego y asturiano las leyendas piadosas de santos y almas en pena a las que encontramos unida la serpiente( 7) , así como las almas de los difuntos que toman esta forma, al igual que hace Anquises en el rito de la parentalia( 8) .
También en este sentido la interpreta Cumont( 9) , quien al hablar del espíritu de los muertos que desciende a las profundidades de la tierra dice que se representa desde antiguo en forma de serpiente, asimilado a ella.
Asimismo ésta es la teoría de Nilsson( 10 ) refiriéndose al hecho de que la serpiente llegó a ser un símbolo que representa al difunto y del que se podría prescindir sí éste era representado en forma humana, mientras que Malten( 11 ) llegó a la conclusión de que la presencia del caballo, así como la del perro y la serpiente, ha de interpretarse como una antigua forma de representar al difunto.
En general, casi todos los autores están de acuerdo en afirmar al carácter funerario de la serpiente. Lavedan, Blázquez, García Bellido( 12) , confirman esta interpretación, que, sin embargo, nos parece demasiado simplista. Tampoco Cumont está de acuerdo con Nilsson en este punto, y sus opiniones, sobre todo teniendo en cuenta el estudio de las fuentes latinas, nos parecen las más acertadas, aunque unas no excluyen a las otras, es decir: La serpiente es un animal funerario, y como tal se la tomó, dada su presencia alrededor de las tumbas, atraídas por las libaciones funerarias de leche y miel; de aquí a la interpretación popular como almas de los difuntos sólo hay un paso. De la misma forma, por su veneno, fueron consideradas como símbolo
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1 Gómez Tabanera, M.: Las raíces de España, Madrid 1%7, pp 337, 330, 340, 341.
2 Avieno, Ora Maritima, 154-157.
3 López-Cuevillas, F. - Bouza-Brey, F.: “Os oestriminios, os Saefes e a Ofiolatria en Galicia”, en Arquivo do Seminario de Estudos Galegos, II, 1920, p. 119-164; A Ofiolatría na Galiza, con una extensa bibliografía sobre el tema de la serpiente en la Prehistoria, así como la visión de la serpiente en las religiones prehistóricas; López-Cuevillas, F.: La civilización céltica en Galicia. Santiago de Compostela, 1958.
4 López Cuevillas, F.: op. cit., p. 43º-43l.
5 II Libro Reyes XVIII4:... “y destruyó los lugares altos y rompió los masebot y destrozó la serpiente de bronce que había hecho Moisés...”
6 López-Cuevillas, F.: op. cit. p. 432: Pra Babilonia vou / Malaiá quen me viu de pequena e non me matou.
7 Ibid., p. 432 55.
8 Virgilio, En., VI, 94-96.
9 Cumont, F.: Recherches sur le Symbolisme funeraire des Romains. Paris 1942. Cap. V: "El reposo de los muertos. Creencias religiosas y doctrinas filosóficas"... Según una creencia universalmente extendida, la sombra persiste en el sepulcro con una existencia análoga a la de los vivos y debe ser alimentada para no pasar hambre, ya que, si no, ataca a los vivos. Tal vez de aquí el uso del banquete funerario y las ofrendas de leche, miel y vino. Cf. Tertuliano, De resurr. carnis, 1, 1.. Defunctis parentant... quos escam desiderare praesumant. Y Servius, En, VI, 746: Nemora optabant sepulcris, ut in amoenitate animae forent post vitam.
10. Nilsson, Griechische Religion p. 184 55., cit. por Cumont, Recherches... p. y Blázquez, Religiones primitivas, 1, p. 27, n.0 39. Imagen y M¡to p. 57. La cita asimismo como personificación del espíritu de los muertos que vienen a repartirse las ofrendas funerarias, cfr.Bayet, J.:Croyances et rites dans la Rome Antique. Paris 1971 p. 374) y que en el huevo encuentran la fuerza vital que necesitan para seguir subsistiendo. La interpretación de Cumont, contraria a la de Nilsson, nos parece más acertada, ya que la serpiente aparece sola muy a menudo y cuando la encontramos en el mismo relieve o escena que el huevo, no está comiéndolo ni parece que vaya a hacerlo (Cumont, F.: op. cit., p. 390, 392, n. 3, p. 396, n.3), aunque parece consecuencia lógica la interpretación, puesto que algunas serpientes se alimentan de huevos. Esta interpretación de Cumont a que nos referíamos es la de pensar, guiándose por las pinturas de Pompeya (De Marchi, A.: Il culto privato di Rome antica. Bolonia 1890, 1., p. 77; Hartman, 1, c. 518 si.), que la serpiente es el Genius o parte inseparable del individuo, con el que nacía y moría, asimilado después de la República por los teólogos, bajo influencia helenística, con el daimon griego, viéndolo como la parte racional del alma humana que después de la muerte se elevaba a la atmósfera, oponiéndola a la sombra que desciende al seno de la tierra y de aquí el concepto de sueño de la muerte. Cumont, F.: op. cit., p. 410: En cuanto al huevo, principio de vida, parece ser una alusión más general al renacimiento para participar en una nueva existencia.
11. Cfr. Blázquez, J. Mª: Imagen y mito, p. 42, n. 1.
12 Lavedan, P.: Diccionario mitológico s.v. serpiente: Es el animal funerario por excelencia, considerado como guardián de las tumbas; Blázquez, J.Mª: Imagen y mito, índice: Serpiente, animal funerario, p. 54, etc.; serpiente, representación del muerto, Índice, p. 42, etc.; García Bellido, A.: Esculturas romanas de España y Portugal. Madrid 1949, p. 340