El Aconcagua, para el primitivo habitante era el dueño y señor de todas las causas y de los secretos biológicos. Vivían en la zona una raza de gigantes muy ambiciosos. En una época en donde todos tenían sed y triunfaba la arena y la piedra los gigantes concibieron la idea de robarle al viejo titán un granito de su más preciado tesoro: el agua.
A espaldas del dios de las cumbres, el pueblo de gigantes, escaló sus laderas y liberó las aguas hacia las planicies. Cuando el Aconcagua despertó brillaba a sus pies, en la luz rosada del amanecer, mil arroyos de plata.
El colosos, furioso, hizo reventar el receptáculo entero de su caudal el cual, con espantoso rugido, se derrumbó abnegando los valles y llamadas.
El tiempo pasó y las corrientes de agua se encauzaron. Las tierras se fertilizaron pero el Aconcagua guarda aún su rencor y decide vengarse períodicamente lanzando de sus laderasturviones que bajan a devastar sembrados y caserios a través del río de los Patos Potu en huarpe. (leyenda huarpe)
Fuente:
http://www.facundoallia.com.ar/paginas/MzaMistica.htm