DISIPANDO LIMITACIONES DE LAS QUE NO SOMOS CONSCIENTES
Nuestro cuerpo energetico constituye lo que podriamos llamar una base de datos o archivos energéticos que guardan la información de cada una de las experiencias vividas. Todas las experiencias causantes de conflicto son como expedientes que han quedado por resolver, y que iran atrayendo a nuestras vidas las circunstancias necesarias para que una vez más los podamos enfrentar, resolver y aprender de ellas.
Estos acontecimientos escapan a la mente lógica, ya que no los dirige ni la mente ni el ego. Son situaciones en las que nos vemos metidos sin haberlas planeado voluntariamente. Se puede decir que estos archivos no racionales definen nuestra tendencia a atraer sucesos que tenemos que aprender a resolver y que nosotros mismos hemos convocado, aunque no lo recordemos de forma lógica.
En el Universo nada se pierde, solo se transforma una y otra vez, mostrándonos facetas diferentes de un mismo calidoscopio de oportunidades con infinitas posibilidades para poder seguir averiguando quiénes somos y qué hacemos aquí en este aprendizaje. Cada experiencia vivida ha generado una serie de tendencias que quedan grabadas en nuestros cuerpos energéticos y que facilitarán o limitarán nuestra vida.
Por ejemplo: Si en algún momento de nuestra vida, ante una experiencia de sufrimiento o decepción sentimental, hemos sentido, pensado y proclamado en ese momento y con total convicción que el amor era nuestra fuente de dolor y que jamás volveríamos a confiar o a entregarnos, haciendo como una expecie de voto de renuncia, podemos sentir que aunque haya pasado mucho tiempo, aunque la mente y la razón no lo recuerden, esta barrera autoimpuesta sigue activa en nuestra experiencia y es el escudo energético que impide y que está limitándonos para atraer a nuestra vida el Amor Verdadero. Si estos votos o renuncias los hemos realizado en vidas anteriores en las que llevábamos una clase de vida limitadora o poco consciente de las repercusiones que tales decisiones implicaban, el alma, en su plan evolutivo, las tiene en cuenta a fin de aprender a revocar y transmutar dichas decisiones a través de la experiencia real en la próxima vida. Todos nosotros hemos realizado muchos votos a lo largo de nuestras existencias y de entre ellos, la experiencia define que hay 5 principales que son las causantes de nuestras limitaciones. Son los siguientes:
Castidad Silencio Obediencia Pobreza Servicio inconsciente
Estos votos de castigo casi siempre están unidos; es decir, que nos los hemos trazado conjuntamente. En vidas pasadas, no muy lejanas a la actual, si hemos pasado una o varias vidas religiosas, hemos tomado votos de castidad. La repercusión de este firme propósito es la grabacion de los mismos en cada uno de nuestros chakras, especialmente en el primero y en el segundo, aunque atañe también a todos los demás.
Esta promesa, voto o renuncia a practicar, experimentar, gozar y compartir la sexualidad, hace que, sin saber la causa, tengamos un sentimiento más o menos leve o intenso de rechazo al sexo, que se puede manifestar como falta de interés o rechazo directo a las relaciones sexuales, nula capacidad orgásmica, sentimiento de culpa, pecado o suciedad respecto a las relaciones sentimentales, y una gran variedad de anomálias con respecto al tema sexual, que van limitando una de las facetas mas creativas del ser y del amor: la sexualidad compartida, anulando una importante faceta de las relaciones sentimentales.
Cuando hemos realizado un voto de silencio por estar imbuidos en una vida contemplativa en cualquier orden religiosa, o bien por llevar voluntariamente una vida apartada de la sociedad, o bien en esta misma vida, durante la infancia, por las razones que sea, se nos obligó a guardar silencio de forma continua y/o bajo castigo o amenaza, nuestro chakra de la garganta se verá afectado, y sus consecuencias vivenciadas como una falta o defecto importante a la hora de saber expresar los pensamientos y los sentimientos por muy brillantes y amorosos que estos sean. La pareja o parejas se quejaran de la falta de expresión verbal, de la falta de dialogo, de nunca me dices lo que piensas y lo que sientes..., lo cual hace que se den conflictos en la comunicación cada vez que tenemos una relación sentimental. La limitación se vive como una barrera psicológica, sin aparente motivo y sin saber cómo darle solución.
En todas aquellas circunstancias pasadas en las que se nos requirió el voto o juramento de obediencia, ya sea por pertenecer a una orden militar o religiosa, por participar en asuntos clandestinos, secretos, extraordinarios, marginales, o por habernos unido en matrimonio bajo religiones o creencias que imponían la obediencia como juramento al esposo, etc.., activamos un mecanismo de esclavitud psicologica que nos lleva a vivir pautas de indefensión sin saber cómo reaccionar...como si etuviéramos obedeciendo leyes desconocidas que nos impiden la expresión de todo el potencial que sentimos llevamos dentro, y que puede manifestarse como el sentimiento de estar atrapados en una relacion que ni nos satisface ni nos realiza, y en la que sin embargo permanecemos obedientemente, sin ser felices.
En ocasiones conocemos a personas cuyos recursos creativos y posibilidades parecen estar anuladas o por lo menos no tienen el impacto, la repercursión ni la prosperidad que deberían tener bajo el punto de vista de la lógica, llevando una vida limitada en todos los sentidos y permaneciendo, por costumbre, aceptación o rebeldía, en una situación de pobreza; como en una especie de trampa de la que resulta dificil ver salidas. Tambien en esta ocasion, la causa de dicho bloqueo, que lleva a la no prosperidad en todas sus manifestaciones y repercusiones, está en el hecho de haber realizado votos de pobreza. Sobre todo en vidas en las que la mente relacionaba el dinero, la abundancia y las comodidades con la corrupción del alma y se renunciaba a todo bien material, a todo motivo de placer que el dinero o las riquezas desviaban de una trayectoria santa, y se realizaba el voto de pobreza para que la tentación de los asuntos materiales no distrajera del proposito de llevar una vida de austeridad. Este voto de pobreza sigue activo y manifestándose en forma de limitaciones a la hora de la proyección personal tanto a nivel material, profesional y sentimental. La persona vive pendiente de unos ingresos mínimos que le permiten llevar la calidad de vida que siente merecer. Su vida gira en torno a la falta de realización social y personal, y su vida sentimental es precaria o nula, ya que no se siente merecedor ni afortunado en nada, por lo que en este estado de limitación sigue una y otra vez atrayendo a su vida lo que más teme: situaciones y personas que le reflejan su pobreza y su indefensión para romper esta pauta.
Si además de todo lo anteriormente expuesto, en otros ciclos evolutivos hemos realizado el voto de servir al projimo de una manera inconsciente, es decir, poniendo cualquier causa de servicio antes que el servicio equilibrado a uno mismo, dejando de lado la propia felicidad, la propia superación, la capacidad personal de disfrutar de las relaciones y de la vida misma..., no importa que hayamos realizado este voto de servicio con la mejor de nuestras intenciones, ya que la limitación que este hecho, realizado de manera inconsciente (el amor y la ayuda empiezan por uno mismo) nos llevará a sentir y experimentar que estamos constantemente al servicio de los demás, que no se nos reconoce la entrega, que atraemos a nuestra vida personas dominantes, sobre todo en el nivel de las relaciones sentimentales, o que postergamos el amor y la relación sentimental a un segundo plano. Ello porque consideramos que lo más importamte es estar al servicio de los demás o de una causa que en realidad no nos satisface, pero que nos sentimos incapaces de cambiar; seguimos obedeciendo a algo que se nos escapa a la razón,es como si viviéramos siempre en un segundo lugar, como si fuéramos espectadores en lugar de ser protagonistas de nuestra propia vida.
Todos estos votos han de revocarse aún a pesar de haberlos hecho de manera inconsciente u obligados por unas circusntancias que ya no tienen nada que ver con nuestra vida actual. Aunque los hayamos realizado de forma inconsciente, podemos aqui y ahora renunciar a ellos de forma consciente, dejando partir de nuestros centros vitales la energía de peso que está impidiendo que nuestros chakras o ruedas giren en el sentido adecuado, para que en nuestra vida actual se manifieste el Amor Verdadero, empezando por uno mismo.
Resumiendo: Un voto es una energía puesta en movimiento cuya actuación va más alla del tiempo y a veces del espacio en el que se ha realizado, y que actua como una especie de freno de forma consciente o inconsciente que impedirá que fluyan de forma natural la apertura y el cambio, así como la energía adecuada para superar determinadas trabas, relacionadas casi todas ellas con la manifestación de la prosperidad en todos sus aspectos.
La consciencia es la mejor herramienta para salir de estos atolladeros, y si bien los votos de castigo los realizamos de forma inconsciente, o por lo menos sin medir el alcance energético de sus repercusiones futuras, aquí y ahora en el presente, podemos renunciar a ellos de forma consciente. |