No fuerces la vida...
Deja que las cosas sucedan como deben suceder.
La humanidad es como el océano,
y quien trata de luchar contra las olas,
no tarda en agotarse, y jamás llega a la costa.
Pero, en cambio, quien se deja llevar por la corriente de la vida,
quien se deja transportar por las olas,
que a veces le eleva muy arriba, puede salir victorioso.
Recuerda:
Tu vida es tuya. |