LA SINCRONIZACION ENTRE ADN HUMANA Y DIVINA PARA EL DESPERTAR
La consciencia sólo puede ser restaurada con la acción consciente del ser humano que así lo desee. . Una vez que el acto de voluntad ascensional se manifiesta, también se da paso a la reconexión de los filamentos que habían sido rotos, interrumpiendo la conexión con el Todo Ser. Una vez tomada la decisión humana, la acción Divina se manifiesta con sincronicidad en cada una de sus intervenciones, mostrándole al alma que está siendo asistida, que no está sola.
A medida que se pone en movimiento la energía restauradora, y se restablece el intercambio entre lo humano y lo Divino, es más fácil mantener la activación de los filamentos del ADN, restaurando de esta manera la red que conecta con los planos superiores. La consciencia se hace consciente de que está siendo conscientizada porque la percepción se agudiza, se activa el recuerdo de sí y los eventos circunstanciales dejan de tener el poder de atracción que antes tenían.
Una vez iniciado el proceso de liberación del alma, y estando consciente el ser humano de eso, los filamentos inconexos del ADN Divino y humano se unen y empieza el intercambio energético entre uno y otro nivel, esta vez con asumisión del humano y correspondencia de lo Divino. El acoplamiento energético fluye en armonía sobre la vida individualizada, acelerando su potencialidad, envolviéndola y propiciando la comunicación con lo Divino.Los filamentos espiralados de uno y otro ADN se entrelazan formando una estructura helicoidal que contiene características de una y otra banda energética, poco a poco esto modifica la parte humana y la Divina, por cuanto en este intercambio uno y otro ceden, para dar paso al alma liberada, que reúne en sí elementos de uno y otro factor.
El agregado energético, quantum de Luz, es el que dispara sobre la forma rayos de Luz que modifican la estructura biológica, a pesar de que externamente el examen visual no registra diferencias. Esto ocurre, en parte para proteger a los individuos de factores extraños a su proceso, así como para mantener en aparente estabilidad la secuenciación genética, la cual, al comenzar a operarse los cambios acelera su rata vibratoria para adaptarse al nuevo genoma.
La puntualidad de este proceso se basa en que el individuo sigue compartiendo con sus allegados, en el entorno habitual, al cual se acopla en un estado amoroso para no contrastar con él, y originar desarmonía en quienes lo acompañan externamente. Una vez que es asumido este proceso de transformación, es más fácil restaurar la consciencia, llevándola hacia su total Unificación con la Fuente Una del Amor sin mayores contratiempos. Los circuitos energéticos se aceleran, y para muchos los cambios pueden percibirse, a pesar de que la conducta del individuo guarda las características de su género y se sigue acoplando al entorno, a pesar de las modificaciones energéticas que se suceden.
La decisión determina el cambio, y este sucede poco a poco, de manera imperceptible, para el individuo al principio, y luego para los otros. No se puede operar de manera brusca o acelerada. Porque eso interferiría con el proceso que lo humano tiene que cumplir con el compromiso de ser un punto de Luz para la vida que lo sostiene.
La secuenciación energética que progresivamente se restablece en el genoma humano modifica la estructura biológica, adaptándola a los cambios planetarios para que no haya interferencias, sino correspondencia a medida que uno y otro se transforma en Ser de Luz. Toda la gama de procesos internos que viven ambos cuerpos están sustentados por el Amor, que ecualiza la energía, suministrando a cada cuerpo las vibraciones apropiadas, para que la transformación sea rítmica y balanceada, en correspondencia amorosa con el proceso de adaptación al nuevo ritmo al que cada uno le corresponde pasar.
La aceleración progresiva permite que el balance celular se mantenga y se adapte al nuevo ritmo. Se genera así una empatía entre lo humano y lo Divino que permite la formación de la malla de Luz que sostiene el intercambio de uno a otro sistema. A medida que la energía circula y se mezcla, la potencialidad Divina se incrementa en el humano, y lo Divino se acopla a su sistema para conjugarse y propiciar la Ascensión.
La ecualización de la energía mantiene el ritmo vibratorio, aun cuando el individuo desempeñe sus tareas diarias, no se interrumpe el flujo, no se interrumpe el flujo, sino que la acción personal se incrementa en beneficio para la humanidad.
El movimiento de los filamentos del ADN se acelera a medida que el humano sostiene la atención en su Ser, y en muchos casos pueden ser percibidos los destellos de Luz que emanan a través de lo físico. La apariencia puede modificarse sustancialmente, llegando a no ser reconocido por seres cercanos a quien vive el proceso de ascensión. Si bien, en estos momentos se está trabajando para que esos cambios no produzcan desconcierto en los seres humanos que comparten con el candidato a la ascensión.
La aceleración energética se incrementa y el Cirujano Cósmico realiza su labor de acoplamiento del sistema humano a lo Divino, la razón principal para eso es que se necesitan criaturas conscientes, capaces de mantener el balance energético entre sus semejantes, para que sea más fácil operar desde los niveles internos sobre ellos. La sobre carga energética puede originar ciertas perturbaciones en lo biológico, lo cual se corrige con la aceptación del individuo y su amorosa disposición para que sean corregidos internamente.
La acción consciente del ser humano es la que determina el éxito de este proceso, por lo que al aceptar la transformación y adaptarse a los cambios en su circuito biológico, determina que este proceso sea más armónico, con más disfrute de su propia transformación y más capacidad para ayudar a la humanidad, en su preparación para los cambios planetarios.
La ejecución de este proceso es de acuerdo entre lo humano y lo Divino, ya que cada uno tiene que ceder de sí para que el beneficio mutuo favorezca a toda la humanidad, en la restauración de la consciencia del Amor en ella.
UNIXITRON decodifica, CRISTOTRON unifica, METATRON amplifica la consciencia.
En Orden, Luz y Amor, “Yo Soy” El Que Soy. UNO Triuno “Yo Soy”.