Cuando los kogi de Sudamérica me enseñaron, indicaron que la mejor manera de entrar al espacio sagrado del corazón era mantenerse de pie en un espacio o cuarto completamente oscuro, con los ojos cerrados, sin comer nada, sin beber agua y sin dormir, durante nueve días y nueve noches. Dijeron que haciendo esto la Madre Tierra vendría y el camino sería mostrado.
Su manera de vivir les permite hacer esa clase de meditación, pero para nosotros sería un enorme abismo que cruzar.
Por eso le pregunté a mi guía interno, y poco a poco se descubrieron otras dos maneras. Estoy seguro de que hay más maneras de entrar al espacio sagrado del corazón, pero estas dos maneras funcionan. Realmente no importa cómo encuentres tu manera de entrar, y mientras tu corazón permanezca puro, podrás permanecer ahí.
Entrar al espacio sagrado del corazón no implica aprender un proceso; más bien, es un proceso de recordar, porque siempre hemos estado en este espacio, desde el principio. Hemos escogido desviar nuestra atención a esta manera de conciencia de polaridad, pero una vez que aprendamos la lección, estoy seguro de que retornaremos al estado primario de unidad.
El primer método es masculino por naturaleza; eso significa que puede ser comunicado a alguna otra persona, y si esa persona hace exactamente lo que se le transmite, el resultado siempre será el mismo. Desafortunadamente los métodos masculinos no funcionan muy bien para las mujeres . El segundo método, femenino por naturaleza, es tan simple que me tomó bastante tiempo verlo.
La forma masculina de entrar al corazón
Ésta es la manera masculina para entrar: cuando te estás moviendo hacia el corazón y ves el campo toroidal más pequeño, súbete encima de ese campo hasta que veas el toro desde arriba. Este campo de energía es un vórtice, como lo expliqué antes, girando y girando como agua que se va por la cañería. Se mueve despacio en su parte externa y más y más rápido hacia el centro, y entonces cae por el centro (de nuevo justo como agua que se va por la cañería). Para algunas personas el vórtice se mueve en dirección de las manecillas del reloj y para otras en dirección contraria a las manecillas del reloj.
Para esta meditación, cuando veas la parte superior del campo toroidal, ve o siente en qué dirección se mueve. Entonces, como una hoja flotando en un río, deja que tu espíritu repose en esta espiral de energía.
Comienza por sentirte a ti mismo girando y girando, despacio al principio, pero cuando te acercas al centro empiezas a moverte más y más aprisa hasta que finalmente entras al centro y empiezas a caer. No hay nada que temer. Sólo déjate ir y caer. En un momento te darás cuenta de que todo está muy, muy quieto. Como si estuvieras en el ojo del huracán, ahora estás dentro del espacio sagrado del corazón. De verdad estás ahí.
La manera femenina de entrar al corazón
Ésta es la manera femenina de entrar.- como lo mencioné, esta manera es tan simple que no la pude ver en un principio. Las instrucciones son fáciles, y la experiencia puede ser diferente para cada uno cuando usen este método. No importa si tu cuerpo es masculino o femenino, pero si seguir tu corazón es tu camino, entonces ésta es la manera de entrar para ti.
Para la forma femenina de entrar, todo lo que tienes que hacer es ver, sentir o percibir que te aproximas al corazón y entonces permítete atravesar su membrana, como lo hiciste antes. Excepto que ahora deja que tu naturaleza psíquica femenina sea la guía y deja que tu intuición te lleve al espacio sagrado de tu corazón. Déjate ir y muévete, sabiendo que en verdad te estás moviendo hacia el espacio sagrado de tu corazón.
Intenta una de las dos maneras, y si no funciona, intenta otra. Recuerda que eres un hijo de Dios. Tú conoces este lugar, porque Dios y tú siempre han sido uno en este lugar. Siempre.
Drunvalo
Extracto del libro Viviendo en el Corazón Drunvalo Melchizedek