SENTIDO DE LA VIDA Y JESÚS
A veces nos sentimos abrumados, desesperanzados y aparece alguien que nos dice estás “deprimido”, “tienes depresión”. Esto puede acaecer ante un hecho que nos sacude o fue apareciendo paulatinamente. Alguien nos trae una “pastillita” o nos dice frases como “no te hagas problema por nada” (¿cómo se hace?) o “sal a caminar”, “practica un deporte”, “toma vacaciones”.
Uno intenta todo esto, algunos días pareciera que funciona. Pero luego vuelve a aparecer la sensación de vacío, de sin sentido, de insatisfacción. Nos compramos libros de autoayuda, hacemos control mental, practicamos yoga (para estar relajados), vamos a reiki….. y al tiempo vuelven a aparecen los temidos sentimientos de hastío, tristeza, desasosiego, cavilaciones sobre la vida y nos creemos que tenemos la enfermedad: depresión.
Sin descartar que algunos tienen esta enfermedad y necesitan tratamiento, será necesario interrogarnos sobre nuestra vida para ver por qué aparecen estos sentimientos y pensamientos.
Los hombres somos una unidad bio-psíquico-espiritual y el vivir humanamente supone un desarrollo armónico de estos niveles. Esos sentimientos, a veces, son la “fiebre” o síntoma de nuestro espíritu que nos grita algo, que nos avisa. Por eso en vez de tapar el síntoma de mi espíritu, a lo mejor escondido por el consumismo, el materialismo, el hedonismo, etc. busquemos lo que lo sacia, despleguemos nuestro interior hacia el bien, la verdad, la belleza.
El hombre sólo llega a ser tal en la medida en que descubre el sentido de la vida, el por qué y el para qué existir. Alguien escribió: “Sin sentido la existencia no se vive plenamente y la vida no existe sanamente” “la vida misma es una misión continua…es un vivir por algo o para alguien”.
A veces expresar en voz alta preguntas sobre el sentido de la vida se toma como enfermizo cuando es realidad es plenamente humano, hondamente humano.
Jesús te dice “Yo soy el Camino, La Verdad y la Vida”, arrójate a sus brazos que te mostrará la Verdad de tu existencia, te dará en abundancia Su Vida Nueva y te mostrará el Camino hacia Su Corazón amoroso.
Invócalo, llámalo y El entrará en tu vida llenando de sentido todo lo que realizas. El te mostrará qué pensó Dios Padre cuando te pensó amorosamente, antes de tu concepción, y El te guiará a realizar tu misión en la vida.