La repetición sostenida del Mantra del Gurú Rinpoché, o Vajra Guru Mantra, otorga incontables beneficios, y es objeto de práctica continuada en la tradición tibetana, sea recitándolo o cantándolo, sea esculpiendo sus sílabas en piedra o molinillos de oración, sea escribiéndolo o imprimiéndolo en banderas que el viento despliega por el espacio. Cualquier forma es válida y cada una produce sus efectos. En una
entrada anterior se encuentra disponibe el texto completo del comentario sílaba a sílaba, en que Padmasambhava explicó a Yeshe Tsogyal detalladamente de cuáles se tratan. La enorme dimensión de lo que allí se dice resulta desbordante, y al menos para mí, resulta necesario centrar la atención en algún aspecto cada vez para saborear la lectura plenamente. Hoy sólo copio un fragmento, una de las variadas dimensiones en que la recitación del Mantra se convierte en auxiliar y en medio hábil. Si se recita cien veces al día, dice Padmasambhava, te hace atractivo y libera de dificultades materiales; mil veces al día, resplandeciente y benéfico; un millón de veces...
OM AH HUNG vence al ejército de los cinco venenos mentales
VAJRA vence a la ira
GURU vence al orgullo
PEDMA vence al deseo y los apegos
SIDDHI vence a la envidia y los celos
HUNG vence a los ejércitos de dioses, demonios y humanos
Esta mudra sólo se ha de realizar con la mano derecho ya que con la mano izquierda adquiere un "poder" muy distinto ya que emite una energía negativa. (Signo Voor)