MUDRAS
Por Begoña Rojo
Como utilizar nuestras manos para potenciar las energías y la espiritualidad.
El hombre difiere de los animales, no sólo por su inteligencia y creatividad, sino también por tener las manos y la capacidad de hacer cosas, demostrar la intención para comunicar ideas y sentimientos.
El cerebro tiene más terminaciones nerviosas relacionados con las manos que de cualquier otra parte del cuerpo. Las manos pueden ser utilizadas para bendecir o maldecir, construir o destruir, herir o curar.
Cuando unimos las manos entrelazando los dedos, el pulgar permanece en la parte superior de la mano derecha o de la izquierda, y esto nos indica cúal es el hemisferio de nuestro cerebro que domina. La psicología nos dice que si el dedo pulgar derecho es el más alto, significa que la lógica y la razón prevalecen en nuestras vidas. Si es el pulgar izquierdo el mayor, entonces son la intuición y la emoción. Cuando se ponen juntos los dedos de ambas manos, estamos cerrando un circuito con nuestra mente que se cree, nos ayudaa a pensar más claramente. Cuando pensamos profundamente, instintivamente unimos las yemas de sus dedos. Si se nos olvida algo y tenemos necesidad de recordar, también instintivamente tocamos nuestra frente con la punta de los dedos.
Gestos como los de aplaudir, estrechar la mano o alzar el pulgar impregnan nuestra vida cotidiana, pero la mayoría de nosotros desconocemos cuál es su verdadero origen. Sin embargo, la importancia de este código no lingüístico es tal que forma parte de nuestras ceremonias más sagradas. Si observamos las manos del sacerdote durante la celebración de la misa, advertiremos cómo éstas adoptan determinadas posiciones en una clara invocación a Dios. Ritos y cultos de todas las épocas han incorporado los gestos a sus celebraciones. Pero quizá sea en el subcontinente indio donde esta singular coreografía alcanza su mayor desarrollo y complejidad.
Muchos de nosotros hemos observado que en las representaciones de Buda éste adopta determinados gestos con las manos. A dichas posiciones se las denomina «mudras» –originariamente «sello» en sánscrito,–. Pero, ¿en qué consisten? ¿cuál es su significado?
La energía divina que va a mantener la vida, está regulada por nuestros chakras. El poder del corazón, la cabeza y la mano. El corazón lleva la energía, el cerebro decide qué hacer y cómo hacerlo con las manos y la forma de dirigir esta energía al sitio de acción. El microcosmos humano es un reflejo o espejo de la creación definitiva de Dios, el universo. Así, el ser humano es concebido como el universo, con cinco elementos básicos: El espacio o éter, Fuego, Aire, Agua y Tierra.
La ciencia de los mudras se basa en estos 5 elementos. El desequilibrio o la mala coordinación entre estos elementos, causa daños mentales, emocionales y físicos. Por lo tanto, el equilibrio y la sincronización de ellos, son los secretos para una buena salud y la evolución del ser. Dios nos dio la fuerza y la capacidad para resolver problemas. Todo lo que necesitamos para estar sanos y felices está en nuestro cuerpo. La mayoría de estas soluciones se encuentran en nuestras propias manos (literalmente). Los Mudras son el secreto de la salud en nuestras manos y dedos (los mudras se realizan con la ayuda de los dedos).
Los cinco elementos están representados en cada uno de nuestros dedos. El pulgar representa el fuego o el sol, el dedo índice representa el aire o el viento, el dedo medio representa el cielo o en el espacio, el éter o el etérico, el dedo anular representa la tierra o física y el meñique es el agua o emocional, el cuerpo de deseos. Nuestras manos son el departamento de control de la salud de nuestro cuerpo. Emiten la energía de los chakras, la limpieza y las energías divinas. Con el uso correcto de este poder, se puede curar hasta las enfermedades más misteriosas. Con las manos, se puede transferir la energía a cualquier lugar o persona aunque esté físicamente lejos de nosotros, la energía que nos ayude a conseguir lo que queramos, que nos proteja del mal, que nos cure y más.
.
Aunque su origen es incierto, es en la India donde parecen haber arraigado con más firmeza. Es frecuente observarlos en las representaciones de sus dioses, han sido popularizados a través de las danzas, en las que suponen un elemento indispensable de la coreografía teatral; se practican en los rituales del tantrismo y juegan un papel determinante en el budismo –donde tienen un sentido exclusivamente mágico y ritual–, a través del cual se conocen infinidad de mudras. Las imágenes más divulgadas del Gautama Buda suelen representar seis de los más célebres, aunque se cree que éste reveló otros 64.
Como es un artículo muy largo y hay que ver las fotos para identificar las posturas continúa en: