Gotitas de amor
Había una vez, un incendio en un gran bosque de bambú;
el incendio formaba llamaradas
impresionantes, de una altura
extraordinaria; mientras que una pequeña
ave, muy pequeñita, fué al río,
mojó sus alas,
regresó sobre el gran incendio
y las empezó a agitar para apagarlo.
Volvía a buscar agua,
una y otra vez.
Los dioses que la observaban, sorprendidos
la mandaron a llamar y le dijeron:
- Oye, ¿por qué estás haciendo eso?
¿Cómo es posible?
¿Cómo crees que con esas gotitas de agua
puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones?
Date cuenta: ¡No lo vas a lograr!
Y el ave humildemente contestó:
"El bosque me ha dado tanto,
le amo tanto. Yo nací en él.
Este bosque me ha enseñado la naturaleza.
Este bosque me ha dado todo mi ser.
Este bosque es mi origen
y mi hogar y me voy a morir
lanzando gotitas de amor, aunque no lo pueda apagar".
Los dioses entendieron lo que hacía
la pequeña ave y le ayudaron a apagar el incendio.
"Asi, cada uno en su hogar,
en su tierra, en su pais,
debería mojarse un poco las alas
para apagar los incendios del alma
que suceden a diario en todas partes,
tal vez habría menos pobres,
menos gente hundida en la desesperanza
y la ruina.
Tal vez, sobre las quemadas hierbas
del ayer florezca otra vez la paz,
el amor y la verdad.
Si cada gobernante entendiera
que aportando lo mejor que tiene
debe dejar su gota de amor
para hacer surgir nuevamente a su pueblo
para un bienestar integral,
no solo económico sino tambien espiritual,
entonces Dios estaría con ellos...
sino, mientras no sea así,
no es su presencia la que se sienta a su lado.
Gloria Mabel Barros