Rastreo una belleza sin desembocadura, hontanar jubiloso de diáfana corriente, belleza despojada de bruma y vestidura, en cristalina, tersa desnudez inminente,
que fluya como río, como marea insista, en silencio de nubes, en suavidad de arenas, y camine en mi vida con ardor de exorcista conjurando las sombras que danzan en mis venas.
Brevería Nº 1160
Blanda marea
Blanda, morena y tibia, la marea de tus sentidos a mi piel desciende, y en trepidante desnudez suspende labios y senos sobre mí, y rastrea
zonas vitales donde no alborea, y sólo el juego sensorial entiende; en su oleaje de ansiedad me enciende, me convulsiona y me relampaguea.
Dos muslos paralelos, dos abiertos, en vaivenes sincrónicos, expertos, y voluntad de idéntico objetivo.
Y diriges la orquesta, coordinando cada instrumento que se va acercando al acorde final, copulativo.
Los Angeles, 17 de septiembre de 2009
Soneto Nº 2200 de FAH
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