Les dejo a continuación un poema impresionante que grita una hermosa verdad... al fin y al cabo vivimos buscando el amor...
Dulce y extraño amor -dulce y extraño, sin tiempo, sin edad-, raiz primera, brotas de nuevo en cada primavera y te trae algún día, cualquier año.
Desapareces. Pero es un engaño, porque no mueres, no. De qué manera te adormeces apenas en la espera: despiertas por el goce y para el daño.
Ya volverás, lo sé -¿dolor, delicia?-, ignoro con qué rostro o qué caricia, no sé con qué sonrisa. Ni qué nombre.
Adiós por hoy, amor. Hasta la vuelta, amor que vas y vienes, nube suelta, torrente y mar y tierra y árbol: hombre.
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