NUNCA CONSUMIRME
.Tras arder siempre, nunca consumirme; y tras siempre llorar, nunca acabarme; tras tanto caminar, nunca cansarme; y tras siempre vivir, jamás morirme;
...después de tanto mal, no arrepentirme; tras tanto engaño, no desengañarme; después de tantas penas, no alegrarme; y tras tanto dolor, nunca reírme;
...en tantos laberintos, no perderme, ni haber, tras tanto olvido, recordado, ¿qué fin alegre puede prometerme?
...Antes muerto estaré que escarmentado: ya no pienso tratar de defenderme, sino de ser de veras desdichado.
Francisco de Quevedo
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