Vuela hacia lo alto cuando tengas miedo y no te atrevas a mirar al mundo a los ojos. Vuela cuando sientas que te pesan los pasos. Vuela. Las nubes están llenas de soñadores e idealistas que despegan sus pies del suelo para rozar de vez en cuando el infinito. Seguramente, allí donde vamos todos los que soñamos y rozamos las nubes de vez en cuando, existe un mundo maravilloso repleto de gestos pequeños.
Hoy me descalzo los pies de plomo y me dejaré llevar hasta donde alcance. De vez en cuando es bueno volar, volar tan alto que seas capaz de ver lo bella que es tu vida.
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