La realidad está oculta tras la máscara del discurso
Hay que asumir el protagonismo de nuestras vidas para descubrir el engaño en el que vivimos
Vivimos una época de ilusión colectiva en la que el discurso es una máscara que oculta la realidad. Nos inventamos el mundo y le damos categoría de realidad absoluta, lo que constituye una hipertrofia de la razón. Llamar a las cosas por su nombre y asumir el protagonismo de nuestras vidas es fundamental para desenmascarar el engaño en el que estamos y evitar la desconfianza y la desesperanza propias de este mundo imaginario que entre todos estamos construyendo. Por Alicia Montesdeoca.
Llamar a las cosas por su nombre es fundamental para desenmascarar el engaño en el que vivimos. También es importante asumir el protagonismo en nuestras vidas, defender el espacio que nos corresponde, no hacer dejación de nuestros derechos y de nuestros deberes, valorar que el sentido de lo que vivo lo pongo yo, que en cada tiempo y lugar yo soy el centro de mi experiencia y que, por lo tanto, he de cuidar mis opciones porque, aunque cierre los ojos a la realidad que discurre sin una clara voluntad, nada me exime de mi responsabilidad, ni por ello dejaré de padecer los efectos de mis
Esta mañana fue difícil
colocarme la máscara
No lograba encajarla conmigo
Tal vez llegó el momento
de cambiarla.
María Clara Gonzalez