Parece que llevas un tiempo sintiendo apatía, desanimo y no encuentras nada que te satisfaga en tu vida cotidiana. Pasas más tiempo pensando que haciendo algo que te guste, probablemente sientas que pierdes el control para experimentar placer en tu vida. Hacer las cosas de forma racional o por deber no está mal, pero no puede ser el único motor de nuestras vidas. Tenemos que encontrar metas que supongan retos, que nos exijan cierto esfuerzo de forma que encontremos la satisfacción en superarlo y conseguir la meta propuesta.
Desde los inicios de la civilización los hombres buscamos siempre la felicidad, pero según los estudios hechos en diferentes culturas, esta no depende tanto de factores externos como la riqueza, el poder o la suerte, sino más bien de cómo interpretamos nuestra vida y nuestras experiencias y de la voluntad que ponemos en conseguir lo que nos motiva. Podemos decir que las personas que son capaces de controlar su experiencia interna mejoran la calidad de su vida, y quizá eso sea lo más cercano a la felicidad.
M. Csikszentmihalyi explica en su libro “Fluir” que no importa la actividad que elijamos para disfrutar ni tampoco determina el nivel de placer de la actividad, el sexo, la cultura, la clase social o la edad. Lo que realmente importa es cómo nos sentimos mientras hacemos esa actividad. Parece que la capacidad de disfrutar requiere de las mismas características psicológicas para todo el mundo. Algunos requisitos de la actividad para que nos haga disfrutar son que tengamos posibilidades de éxito al realizar la tarea, ser capaces de concentrarnos en ella, tener unas metas claras y obtener información inmediata de si las conseguimos o no, actuar con tanta involucración que nos olvidemos de lo cotidiano, ser capaces de olvidarnos hasta de nosotros mismos mientras la realizamos, y que el sentido del tiempo se vea alterado, las horas pasan volando y los minutos parecen horas mientras estamos inmersos en ella
Intenta buscar actividades en las que te puedas apasionar de esta manera, aunque al principio no sientas mucho entusiasmo, lo que importa es la actitud con la que la emprendes. Si no consigues encontrar la forma de disfrutar de lo que haces, es posible que necesites el consejo de un profesional que te ayude a analizar las actitudes que están bloqueando tus capacidades.
Esperanza López
|