Ni el viento ni el tiempo se han llevado los recuerdos de una mujer que a través de su belleza armónica, sus rasgos delicados y su penetrante mirada de ojos verdes embelesó a los espectadores del mundo entero. Desde 1939 ya nadie pudo desligar su imagen del personaje de Escarlata O’Hara, el papel más notable de la historia del cine, con una interpretación magistral, que difuminó para siempre los límites de la mujer real y la ficticia En el año en que se cumple el centenario del nacimiento de la actriz británica Vivien Leigh, sus nietos han vendido al Victoria & Albert Museum de Londres una impresionante colección de documentos que se adentra en la apasionante vida de una de las intérpretes más admiradas de la historia, que brilló con un fulgor tan efímero como inusitado en el universo de Hollywood. El legado de la actriz, galardonada con dos Oscar y un Tony, constituye una auténtica joya de coleccionista, que redescubre su lado más íntimo mediante cartas, recortes de libros, fotografías tomadas por ella misma, guiones de películas, entradas de teatro y sus diarios personales. La noche del 7 de julio de 1967, Vivian Leigh fallecía sola en su apartamento londinense en el 54 de Eaton Square. Todos los teatros del país apagaron las luces en señal de duelo. Ahora su legado vuelve a iluminar la estela de una actriz a la que el siglo XX recordaría como la indómita y caprichosa Escarlata O’Hara.
~*~ Susie ~*~ | | | | | | |
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