Siento la brisa del atardecer que roza mi piel
y suspiro ante el recuerdo de tu amor,
paseando tomados de la mano.
Recuerdo aún tus ojos brillando de amor por mi,
recuerdo el rápido latir de mi corazón,
palabras dichas en susurro en mi oído
y el roce suave de tu mano sobre mi piel,
las puntas de mis senos erizadas
ante el deseo enorme por sentir tu boca,
sentir tus labios
y tu lengua juguetona sobre ellos
la suavidad de tus caricias más intimas
y luego la frenética entrega
que nos despoja de todo
de nuestra ropa ,
de nuestra prudencia,
de nuestro pudor
y luego el gozo, gozo explosivo
que en un momento lo ocupa todo
y nos permite esa comunión
de dos cuerpos maravillados, entregados
y dos mentes enamoradas con tal fuerza
que nada importa a nuestro derredor.
amsm
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