Señor, en el silencio de este día que nace vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza. Hoy quiero mirar el mundo con ojos llenos de amor; ser paciente, comprensivo, humilde, suave y bueno.
Ver detrás de las apariencias a tus hijos como los ves Tú mismo, para así, poder apreciar
la bondad de cada uno.
Cierra mis oídos a toda murmuración, guarda mi lengua de toda maledicencia. Que solo los pensamientos que bendigan permanezcan en mí.
Quiero ser tan bien intencionado y justo, que todos los que se acerquen a mí, sientan tu presencia.
Revísteme de tu bondad, Señor, y haz que durante este día, yo te refleje.
Amén.
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