Palpare tus dientes, que iluminan tenuemente esta madrugada,
escuchare tus gemidos prófugos del dialogo,
atrapare tu arrogancia desde su raigambre ,
mi vicio es sentir el extracto arterial de tus latidos.
Me niego a la inocencia insatisfecha,me muestro como soy,
mientras comulgo el pan y vino que me liberará de la culpa de la gula.
Tus lamentos erizan mi piel,la malicia se me vierte en la mirada,
subyacente, perversa y discreta es mi sonrisa ,
mi lengua danza con el agasajo de tu solidez,
y celebro al fin tu precipitación en alaridos, absorbiendo hasta la última gota,
saboreando gloriosa tu sabor a triunfo.
d.a.
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