“UN GRAN AMOR NO SE OLVIDA”El neurobiólogo
Antoine Bechara detectó un “conflicto cerebral”:
aunque la relación haya terminado años atrás,
el cerebro sigue disparando imágenes y reacciones
corporales, como palpitaciones o dolor de estómago
al ver la foto de aquella persona, o al sentir un olor que la evoque.
La explicación es que una parte del cerebro
llamada amígdala (el centro de la memoria emocional)
fija con más intensidad las situaciones atípicas y
desconocidas. Cuanto mayor sea la información que
se grabó hacia ese gran afecto, más reacciones
–contra las que no podemos luchar–
va a seguir enviando.
Es verdad, ¡un gran amor nunca se olvida!
(Patricia Salinas O.)
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