Y me he desangrado el corazón cada noche al escribirte,
he muerto tantas veses en ese ultimo verso y en ese punto final,
que ya no le temo a tu ausencia, que ya no le temo ala muerte,
tanto que seguiré muriendo, poco a poco en cada poesía,
pero al menos con la certeza, que al leerme, ninguna muerte sera envano.
J Carlos Arteaga
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