El momento que termina
Ámame
y deja todo de lado.
Que las miradas ajenas
no sean una excusa
para que no compartas
el sabor de una lágrima,
nacida de la emoción excitada.
Déjame descubrir
por qué el calor de tu piel,
se siente tan acogedor.
Almas fusionadas
que se regalan pasión,
están en su esplendor.
Mis labios quemando
marcan el camino
hacia la miel de entrepierna,
entonces te despeinas.
El deseo recorre
al vaivén del sudor
desatado sin control.
Mi carne sometida
a una danza en desenfreno,
de lujuria compartida.
Se acaba el momento,
me robo tus besos
termina el suspenso,
respiro de nuevo
y sólo queda…
mi corazón más sediento.