La palabra bruja está relacionada etimológicamente con el vocablo "sauce", que refiere a un árbol muy flexible. Desde la antigüedad, las brujas hemos sido conocidas como aquellas que pueden virar o moldear el destino. Nosotras cambiamos las energías. La idea de la bruja se convirtió en sinónimo de mujer sabia, y de otras figuras como la herbolaria, la curandera y la guardiana de las tradiciones antiguas, después de la llegada del cristianismo. Nosotras éramos quienes realmente conocíamos la tierra y sabíamos lo que crecía en ella, y la forma de utilizarlo.
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