"Basta con sentarse cómodamente, guardar silencio y contemplar lo que nos rodea...
Escuchar los ruidos familiares de la vida, dejando a nuestros pensamientos ir y venir
a su gusto sin ningún freno. De esta forma permanecemos tranquilamente atentos,
sin concentrar nuestro espíritu en nada, dejándolo relajado...En este estado disfrutamos
de la tranquilidad del ahora, sin que nada nos perturbe..."
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