¿Por qué a nuestro cerebro le gustan tanto las canciones tristes?
Seguro que a muchos de ustedes les ha pasado. Lo dejan con sus respectivas
parejas y al poco tiempo ya no paran de escuchar esa canción que tanto les
unió en el pasado. Me refiero a esa melodía que rememora esos buenos
momentos vividos con esa persona a la que amaron y -seguramente- siguen
amando. El primer beso, vuestra primera cena romántica, el primer viaje…
En muchos de esos momentos la música estaba presente.
¿Pero por qué lo hacemos? ¿Acaso somos masocas y nos gusta retomar
aquellos episodios de nuestra vida que solo nos aportan dolor?
¿O simplemente es una forma melancólica de recordar que cualquier tiempo
pasado fue mejor? Pues un poco de las dos cosas.
Como ya hemos explicado en multitud de artículos, la música tiene grandes
beneficios tanto físicos como psicológicos para nuestra salud.
Cada vez que escuchamos una de nuestras canciones favoritas, nuestro
cerebro segrega dopamina, una glándula que también segregamos cuando
tenemos relaciones sexuales o comemos.
LAS CANCIONES NOS VUELVEN MELANCÓLICOS
Esto además se acrecienta mucho más cuando son canciones que están
relacionadas con amores pasados. Cuando rompemos con cualquier ser
querido, nuestro corazón se queda completamente hecho trizas.
Absolutamente todo lo que nos rodea nos recuerda a él/ella de manera
irrevocable.
Y si ya reproducimos una canción, pues directamente nos sentiremos
transportados a esos bellos momentos que pasamos juntos. Y lo peor
de todo es que ya no volveremos a vivirlos. Además, parece que si dejamos
de escuchar esa bella melodía nuestro ánimo decae. Esa canción se ha
convertido en una especie de “droga sentimental” de la que no nos podemos
desprender así como así.
LA MÚSICA ES UNA ESPECIE DE CONSUELO
¿Y entonces porque nos gusta escucharla? Pues la Universidad de Berlín ha
realizado una serie de pruebas a través de estudio online. En más
del 76% de los datos cotejados, cada persona sentía una especie de consuelo
o nostalgia, una especie de sentimiento más positivo como puede ser
la paz interior, disfrute, amor o ternura.
En definitiva, parece que la música (sobre todo después de una ruptura o
cualquier periodo emocional inestable) es un canalizador de tristeza
completamente premeditado. Por ello, cuando nos sentimos mal,
o melancólicos en este caso, podemos entender mucho mejor algunos
aspectos emocionales de nuestra vida y básicamente es una forma de
sentirnos “más vivos”. ¿Y para ustedes? ¿Cuál es vuestra canción
melancólica favorita?
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