Para dejar a un lado el sufrimiento y el drama, es necesario aprender a fluir, quizá te preguntes, que es empezar a fluir, a continuación te lo describo en 3 pasos sencillos, útiles y que puedes poner en acción de inmediato:
1.- No aferrarte a las cosas, ni a las personas, por tal motivo el primer paso es: aprender a perdonar, soltar, dejar ir y ser flexible para adaptarse a las situaciones. Bien dicen por ahí: “mientras más nos detenemos en nuestra desgracia, mayor es su poder para hacernos daño”.
2.- Amarte a ti misma, por sobre todo lo que acontece a tu alrededor, de esta manera, el segundo paso es: encontrar la felicidad contigo, no lo busques afuera, ni en las cosas materiales, disfruta tu soledad: lee, pinta, corre y lánzate a la vida. La mente suele jugarnos una mala broma y pensar que extrañamos a las personas, sobre todo en situaciones sentimentales, cuando en realidad te estás extrañando tu misma cuando según tú perspectiva fuiste feliz.
3.- Madurar es entender que no todo tiene que ser perfecto o como una lo espera para ser FELIZ, en la vida hay altibajos, situaciones poco agradables o inesperadas e incluso acontecimientos que salen de nuestro control, el tercer paso es: comprender que la vida no es perfecta, sin embargo vale la pena VIVIRLA, DISFRUTARLA, AMARLA Y ESTAR TODO LOS DÍAS AGRADECIDAS POR UN DÍA MÁS.