¿Qué le ocurre a nuestro cerebro cuando pasa delante de una pastelería? Que inevitablemente el olor va a hacer que nuestra mente evoque todos los momentos felices que hemos pasado comiendo dulce. Y es que parece que sólo se puede celebrar algo si hay algún producto con azúcar: tarta de cumpleaños, roscón de reyes, rosquillas de san Isidro, huevos de pascua, torrijas en semana santa, buñuelos el día de todos los santos… Así que no es de extrañar que haya tantísimas personas adictas al azúcar, porque en realidad su cuerpo no les está pidiendo dulce, les está pidiendo a gritos AMOR.
Y esto no es exclusivo del azúcar, sino que ocurre con cualquier alimento que se haya asociado a momentos felices. La forma más rápida y eficaz de hacer adicto a un niño es obligarle a comer ciertos alimentos “saludables” durante toda la semana y hacer “excepciones” con comida basura los fines de semana porque son “días especiales”. Por tanto, asociará que sus padres le quieren porque le conceden un capricho y, por tanto, se hará adicto a cualquier cosa: hamburguesas, pizzas, perritos calientes, kebap, patatas fritas…
adictos por falta de amorDespués de un tiempo escuchando mi cuerpo, comencé a diferenciar cuándo mi cuerpo me pedía un alimento porque realmente lo necesitaba y cuándo lo pedía porque era adicto. Yo he visto mi adicción a los dulces, a las patatas fritas y al pan. Prueba a comer sin pan… ¡es súper adictivo!
Entonces ¿qué podemos hacer para dejar de ser adictos? Lo primero de todo, estar atentos para diferenciar cuándo estamos comiendo porque tenemos hambre y cuándo porque tenemos ansiedad. Y lo segundo de todo, empezar a nutrirnos de más amor. Es en este segundo punto donde surge el primer conflicto: ¿quién me va a nutrir de amor? ¿y si nadie quiere?
A ver, te voy a hacer una pregunta: ¿Quién es la persona más importante de tu vida? Probablemente aparecerán respuestas como: mi madre, mi padre, mi hermano/a, mi hijo/a, mi mejor amigo/a, mi pareja… Y para muchas personas será misión imposible elegir sólo una y entiendo que es difícil elegir entre una madre y un hijo, o tu pareja… La cuestión es que SÓLO PUEDE HABER UNA PERSONA IMPORTANTE EN TU VIDA. ¿Y quién debe ser? TÚ.
Siempre, pase lo que pase, en cualquier circunstancia, tú debes ser la persona más importante de tu vida. Porque, ¿qué ocurre cuando priorizamos las necesidades de los demás a las nuestras? Que nos olvidamos de nosotros mismos y dejamos de alimentarnos con amor. Para explicarlo de una manera más gráfica, imagina que dentro de cada uno de nosotros tenemos una llama de amor. Como somos muy generosos y damos nuestra vida por los demás, empezamos a dar fuego a todo el mundo, avivando llamas ajenas y calentando los corazones más fríos. Y sin darnos cuenta, poco a poco, nuestra llama se va apagando porque nos hemos olvidado de echarle leña y de permitirle que entrara oxígeno.
Permíteme recordarte que NO PODEMOS DAR LO QUE NO TENEMOS. No te puedo dar un millón de euros porque no lo tengo, al igual que no te voy a poder dar amor si se ha consumido mi llama. Así que, ¿cómo podemos mantener viva la llama de nuestro amor propio? Aquí te dejo unos cuantos trucos:
1- Dedica tiempo a diario para ti: Apaga el teléfono, que nadie te interrumpa, es tu momento sagrado, así que dedica ese tiempo a hacer lo que te apetezca, sea lo que sea, sin dar explicaciones a nadie.
2- Mímate: no dejes para algún día especial nada. Hoy es el mejor día para que te vistas con lo que más te guste, para que alguien te de un masaje, para ir a ese lugar que tanto te apetece, para apuntarte a alguna actividad que te interese…
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3-Háblate con frases positivas: Estamos tan acostumbrados a mirarnos en el espejo para buscarnos defectos, que al principio puede que te sientas un poco raro o estúpido si te miras al espejo y te echas un piropo, pero con la práctica, verás que tu confianza va a ir ganando terreno a la vergüenza.
4- Celebra tus logros: Parece que necesitamos la aprobación de los demás, para creer que hemos hecho algo bien. Pero ¿qué pasaría si comenzáramos a valorar nuestros pequeños logros? Para mí es un logro escribir un post diario, así que cuando lo termino, lo celebro ;)
5- Da gracias por todo lo que tienes: No hay nada que alimente más el amor, que la gratitud. Tenemos miles de cosas por las cuales sentirnos profundamente agradecidos, así que ¿para qué machacarnos con lo que no tenemos?
Cuanto más amor nos demos a nosotros mismos, menos necesidad tendremos de buscarlo fuera de nosotros, ya sea en otras personas o en alimentos. Así que, ahora vuelvo a preguntarte: ¿quién es la persona más importante de tu vida?
Sara Fernández
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