VERDADERAMENTE HA RESUCITADO
Alguna vez un ministro ilustrado de Napoleón Bonaparte le aconsejó
fundar una nueva religión distinta de la cristiana, a lo que el
emperador respondió: “Si usted es capaz de morir y resucitar al tercer día,
con gusto puede fundar la religión que desee”.
Y es que la vida de la Iglesia y la veracidad de la Revelación cristiana
se fundamentan en la persona del Señor Jesús, y encuentran en el
acontecimiento histórico de la Resurrección un aliciente sólido, tanto así
que San Pablo afirma que “si Cristo no hubiera resucitado vana sería
nuestra predicación y vana nuestra fe”[1]
La Resurrección de Jesús no es como algunos pretenden un invento
de la fe subjetiva de los primeros cristianos, sino que es un hecho histórico.
La fe en el Resucitado es la fe en algo que realmente ha sucedido.
Cristo realmente resucitó de entre los muertos, y se apareció a los
apóstoles y a cientos de testigos, quienes han dado testimonio
–muchos de ellos con su sangre- de la Resurrección del Señor.
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