Testamento de niño callejero
Valeriano Luiz da Silva
Soy niño del dolor
Sin protector o tutor
Soy niño torpe
Y también sin juicio
Como vivo a la intemperie
Calentado por el viento
Busco en el tambor mi sustento
A veces allá está seguro mi alimento
Espero que en la ley sea aceptado
Que yo deje mis parcos bienes
Para cierto miserable
Pues no tengo un responsable
Mis bienes estarían protegidos
Si yo tuviera un protector
Lo mismo después de yo haber muerto
Serían cuidados por el mismo o tutor
Como un menor fui a hacer mi testamento
Con un abogado fui a buscar asesoramiento
Pero el doctor fue violento
Halló que yo era ladrón en su pensamiento
Yo fui muy travieso
Batí carteras en las esquinas
Morir a cualquier hora es mi sino
Ya voy a la notaría ver lo que la ley determina
Iré a buscar el notario
Llevo conmigo la relación
De los bienes adquiridos en la peregrinación
Pero no tengo de ellos documentación
Dejo mi testamento...
Para el pueblito Zé sin alimento
El primero de la relación es la lluvia y el viento
Siguiendo viene el sol, la luna y el firmamento...
Al viejo predio descubierto
La Fuente de agua de la Plaza, Zé Alberto
Mi lata vacía de marrón glacê
Mi vidrio vacío de aceite dendê
La lata fue mi plato a la hora de comer
Y el vidrio fue mi vaso en la hora de beber
Dejo un lote lleno de matas que da miedo ver
Donde entre culebras y ratones dormía hasta amanecer
Dejo el viejo zapato deportivo taladrado
Que de la casa del rico fue hurtado
Un pedazo de lana, pero no de ganado,
Cuyo pedazo de paño fue mi acolchado
Este testamento es irretractable e irrevocable
Quedan mis llaves en un sobre lacrado
Del soñado automóvil tan deseado
Utopía porque nunca fue comprado.
Macapá – AP, 07/11/04
valerianols@globo.com