Tal vez pasó mucho tiempo, quizás solo unos instantes. Hoy me acordé de correr por los campos de un tiempo y atestados de silencios. De remontar barriletes para que los sueños besaran firmamentos. Hoy me acordé de la inocencia durmiendo en mi lecho y abrazando mis desvelos. De las manos repletas de barros cuando solo deseaba erigir las murallas. Hoy me acordé del futbol rodando en la grama de mis palabras cuando de un grito la victoria era proclama. De reír hasta que los labios dolieran de mostrar los dientes cuando una película nos conjuraba su magia. Hoy me acordé del llanto, pero de esas lágrimas que nacen cuando la herida era por descuidados cuando un árbol era la montaña a escalar. De cuando un libro nos conjuraba su magia en reinos de otras eras, pero tan reales como pudiéramos imaginar. Hoy me acordé de los ayeres atestados de brisas sobre nuestra cabellera cuando cabalgábamos unicornios alados sobre la planicie de una historia. De la abuela sosteniendo mi mano cuando su terneza acompañaba mis pasos. Hoy me acordé de mis padres y hermanos, esos lazos que aún perduran tan pétreos como las piedras que arrojamos en nuestros lagos. De los años que heredaron tantas nostalgias y recuerdos. Hoy me acordé del pasado, porque allí resguardo una parte de mi existencia, una parte que ha crecido hasta madurar el fruto de mis memorias. Hoy tal vez esos hijos, que ya han nació o los que vienen en camino… estén besando la inocencia que otrora abrazaron nuestra historia.
De la red
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