Hoy me senté en el umbral de la vida con los años encima y contemplé mis huellas. He atesorado sueños en este tiempo que me abraza… los fui colgando de mis lunas para que no pierdan su luz. He regado mis alas con el rocío de todas las mañanas para que no dejen nunca de crecer y poder aletearlas. Le puse nombre “Esperanza” a mi esperanza para poder nombrarla cuando la quiero ceñir. Y me vestí de historias y me desnudé de lágrimas… frente a ese espejo que nos muestra los propios adentros. He tejido una manta con cordeles de todos mis silencios, los entramé fuerte hasta que se volvieron susurros. He parido canciones de cuna para cuando los soles de mis inocencias se dormiten. He visto mi propia mirada fundirse con los horizontes perdidos… y ahí donde el arcoíris se esconde, ahí han nacido mis quimeras.
¿Sabes?
Aún queda tanto por recorrer que un instante no me alcanza para eternizar las sonrisas del alma.