Olvídate de las deudas del pasado. Las relaciones sociales no son como la economía, no podemos esperae que forjando un capital emocional importante en una persona éste nos esté dando intereses toda la vida. Además, ¿eso no sería muy aburrido?
La seducción es y siempre será cosa del ahora. No puede dejar de fluir, renovarse y variar sus estímulos. No nos gusta ir siempre a la misma obra de teatro ni comer el mismo plato todos los días. Pero esa es la trampa de la seguridad, una relajación que hace que los estímulos sensoriales se vuelvan predecibles y vagos.
Estamos acostumbrados a analizar las relaciones sociales desde una parte racional y solemos olvidar algo muy importante, y es que las necesidades emocionales de las personas están en continuo cambio.
No pocas son las veces en las que nos encontramos a personas quejándose de que no saben que es lo que quiere su pareja, o sus amigos, o familiares, cuando han hecho ya tal o cual cosa por ellos. Nos encontramos frases como esta: “Soy fiel, soy sincero con ella, intento que estemos bien. No se que más quiere que haga”.
Puedes darlo todo por una persona, pero la clave no es esa, la clave está en conseguir identificar las necesidades afectivas y cognitivas que tienen las personas ahora e intentar cubrirlas, en un proceso continuo que nunca acaba.
No te acomodes en una zona de seguridad aburrida. No caigas en la vagancia de la no seducción. No caigas en esa zona de comodidad que te dice, ya he hecho mucho por esta persona, la tengo seducida. Porque lo importante no es que hayas hecho por los demás en el pasado, lo importante es que pese a haber dado mucho, sigas dispuesto/a a dar lo mejor de ti. Así el aburrimiento no abrazará tus relaciones.
Mantén tu visión clara para identificar que es lo que necesitan esas personas en el presente. Esa es la mejor seducción. La seducción del ahora.
David Jungle
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