Algunos pensaban que lo más acertado sería esconderse en la cima de la montaña más alta de la tierra. Otros pensaban que en el fondo del mar. Algunos creían que el mejor lugar sería más allá de la luna, adonde realmente nadie podría llegar.
Entonces Dios, dirigiéndose a su ángel más inteligente, le preguntó:
- «¿Dónde me aconsejas que me esconda?
A lo que el ángel inteligente, sonriendo, respondió:
- «Escóndase en el corazón humano, ése es el único lugar al que ellos nunca van».