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Mi padre
Fue brusco a veces
y algunas otras, temerario.
Tenía convicciones certeras y acendradas.
Odiaba la mentira, la flaqueza y el miedo.
La incierta debilidad que me habitaba,
la transformó en desafío.
Me dejó en soledad a veces,
para que tenga compañía.
Me enseñó que el llanto
es peor que el esfuerzo.
Me dejó así, como estoy hecho.
En el otoño agazapado que palpita,
lo veo a él, tenaz y convencido,
fortaleciendo al débil,
despreciando al altivo.
en este otoño mío.
Sereno ya, está mi padre.
Horacio Besasso
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