Tan sólo de pensarte
estoy muriendo en tus brazos,
algo mágico hay
que nos acerca
que busca en lo imposible…
lo posible.
Tan sólo de pensarte
escucho,
música de tu voz…
respiro,
de tu aliento…
Me envuelve
la dulzura de tu aroma
¡que importa donde estés,
puedo alcanzarte!.
Espérame en la brisa
en el crepúsculo
dame posada en tí.
Y no cierres…no cierres,
no cierres las ventanas
que en las noches de luna
cuando rendida al sueño…
Ella
mi alma
no sabrá de distancias,
no sabrá de imposibles.
Sólo sabrá de voces, aromas y ternuras.
¡De dulces madrugadas!.
Dalia J. Molina J.
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