Arrancándole al dolor una virtual estrofa
Y queriendo hacer mi vida color de rosa
Cultivé un sueño entre mis fracasos
Que consiguió sembrar inesperados lazos
Dejando huellas al lado de mis frágiles pasos
Hermosa fantasía viví en incontables días
Jardín de auroras florecientes todas
Hablándome de amor llenando mis horas
Sentí a su corazón en latiente regazo
Y alejando mi tristeza me entregué a sus brazos
La pena ahora busca encontrar consuelo
En la noche larga de dolientes letanías en mi desvelo
La solitaria búsqueda con cansancio y si ningún destino
Pregunté al silencio con temor y mucho tino
Respondió por su amor el olvido perdido en el camino
La llaga viva de la reciente herida
Pudo parir su nombre en un grito entristecida
Y mi alma buscando amparo huyo desprotegida
Mientras escuchaba una voz hiriente en la lejanía
Respondiéndome sin recelo, así es la vida.
María Cristina Garay