En la Edad Media, se utilizó además, como medio de pago. Estamos hablando de huevos de gallina y de pato. Faltaba aún para los huevos de chocolate.
En lo siglos XVII y XVIII, en Francia, se le ofrecía a los monarcas canastillos cargados de huevos naturales coloreados en señal del nacimiento de una nueva vida o la Resurrección de Cristo. Las tonalidades tampoco eran al azar. En un comienzo los huevos se pintaban de rojo para simbolizar la sangre de Cristo. Luego se agregaron otros tonos con otros significados, como el azul, color de la época pascual de la Iglesia, el amarillo para simbolizar la luz del día de resurrección o púrpura para recordar la Pasión (las últimas horas de vida de Jesucristo).
Huevos de chocolate en Semana Santa
El primer registro histórico que se tenga acerca de los huevos de chocolate se remonta al siglo XVI en la Corte del Palacio de Versalles en Francia. Un regalo para el rey francés Francisco I es el primer huevo de chocolate documentado. En su interior se dice que había grabada una representación de la Pasión de Cristo.
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