La necesidad de permanecer en conexión con otras personas proviene de la infancia, por lo que puede afectar psicológicamente a los niños a lo largo de su vida, y es tan potente que incluso ser ignorado por un desconocido puede hacer que una persona se sienta excluida y experimente malestar.
“El sentimiento de exclusión es un estado que se repite de forma continuada en diferentes situaciones de la vida de las personas afectadas y que puede llegar a desencadenar una gran frustración y tristeza, lo que hace que estos efectos invadan todas las relaciones del individuo”, explica la psicoanalista española Magdalena Salamanca Gallego.
Según la psicoterapeuta, “la angustia, la ansiedad, el sentimiento de soledad, el miedo, el rechazo, el aislamiento son algunas de las manifestaciones más comunes del sentirse excluido”.
Salamanca explica que el sentimiento de exclusión sucede comúnmente en personas con tendencias celosas y pone un ejemplo.
“En una relación de pareja, uno de los miembros se siente excluido frente a un deseo o actividad que el otro realizará, o que propone realizar con un tercero, ya sea con una persona física o con una entidad donde desarrolla una actividad lúdica, laboral o, incluso, familiar”, dice la doctora.
Para que los celos surjan, añade la psicoanalista, son necesarios tres.
“En una relación idílica entre dos personas es frente a la presencia del tercero cuando surgen los celos”, dice Salamanca. “En este caso, como en el anterior, no es necesario ni que ese tercero exista físicamente, con que uno de los dos lo nombre o lo desee es suficiente”,.
Relaciones online
Ser ignorado a través de Internet provoca en el excluido el mismo malestar que cuando sucede en persona, cara a cara.
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