La autoestima es uno de los conceptos más utilizados en los libros de autoayuda,
sin embargo, en la realidad de nuestra vida encontrar el equilibrio sano y positivo de una
autoestima fuerte no siempre es sencillo. Podemos distorsionar el amor propio a través
de una autoestima inflada. Un amor propio que se funda en el ego y no en el ser.
Es decir, este tipo de autoestima nos llevar a la apariencia superficial de proyectar una
imagen de fortaleza emocional que, sin embargo, se viene abajo ante la menor crítica o
circunstancia de adversidad.
Comportamientos de una persona con autoestima inflada
De hecho, una persona con autoestima inflada sufre mucho porque quiere tener la razón
en todas las discusiones y se toma a nivel personal cualquier posible crítica constructiva
que le hace dudar de su propio valor. La autoestima remite a la autovaloración alta,
media o baja que podemos tener de nosotros mismos. A través de la vanidad, cometemos
el error de autovalorarnos por cosas que son bastante efímeras y superficiales como,
por ejemplo, los logros profesionales o el puesto de empleo que tenemos.
No quiero decir con esto que un logro profesional sea algo superficial, sin embargo,
sí lo es cuando se convierte en la base de nuestra existencia y en la justificación de nuestro
propio valor como personas. De hecho, nuestra autoestima debería ser igualmente alta
tanto cuando estamos en la cima del éxito como en una etapa de desempleo porque nuestro
ser existencial y nuestras capacidades siguen siendo exactamente las mismas.
Las personas con autoestima inflada tienden a compararse con los demás y buscan
el refuerzo de autovaloración al colocarse en un rol de superioridad respecto a los demás.
En muchas ocasiones, la superioridad es de carácter intelectual. Es decir, son personas
a las que les gusta presumir de cuánto saben. Sin embargo, al igual que ocurre con un globo
que explota fácilmente, una autoestima inflada también se deshincha ante la menor
adversidad o un inconveniente que surge fuera de la zona de confort.
Son personas que tienen un concepto de la autosuficiencia insano puesto que no tienen
para delegar en los demás y si lo hacen, experimentan mucha ansiedad ya que consideran
que los demás no están tan cualificados para hacerse cargo de tales fines.
El perfil de una persona egocéntrica que vive la realidad desde la perspectiva
del “yo, yo y yo” es un ejemplo de personalidad con una autovaloración poco objetiva.
Claves de la autoestima alta
La autoestima alta y la autoestima inflada no coinciden. ¿Cuáles son los puntos principales
la primera opción? Las personas con una autovaloración positiva de sí mismas son
conscientes de sus fortalezas pero también de sus debilidades. Buscan su propio desarrollo
personal y su crecimiento interior pero sin culparse y juzgarse por sus defectos.
Una persona con autoestima inflada se siente muy cómoda siendo el centro de atención,
le encantan los elogios y los piropos hasta el extremo porque la admiración ajena es el pilar
de su propio bienestar. Sin embargo, una persona con autoestima alta no se siente
incómoda ante los piropos, los agradece y los recibe con asertividad. Pero no pone
su valía en el reconocimiento exterior sino en su propio criterio.
La autoestima alta es un motor de bienestar y de equilibrio anímico, sin embargo,
alguien que sufre autoestima inflada tiende a experimentar más cambios bruscos de
humor y altibajos emocionales porque al tener una autovaloración con un soporte poco firme,
la base se resiente fácilmente.
Maite Nicuesa
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