Pérdida de atención…
Es difícil explicar el punto exacto en el cual la atención comienza a desvanecerse, más allá de que las situaciones se hagan costumbres o de que sencillamente, las mujeres logramos abarcar mucho más espacio que los hombres, estos comienza a sentirse cómodos y de alguna manera, la atención hacia nosotras va disminuyendo, esas caricias mañaneras, esas llamadas durante el día y esas miradas inesperadas, comienzan a distanciarse y no tiene que ser que sea algo intencional de parte de nuestra pareja o de manera consciente, sencillamente ocurre algo automático en ellos y entonces, ya la atención hacia nosotras no se considera necesaria.
Lastimosamente a muchas mujeres les cuesta expresar este malestar y en lugar de buscar una comunicación sana y directa con su pareja, comienzan a buscar mil maneras de llamar y de recuperar nuevamente la atención perdida, se llenan de indirectas, de molestias, de reclamos muchas veces absurdos y su mente comienza a tender un juego, que al final no beneficia para nada a la pareja, pues pensamos en muchos casos, que los hombres dan por hecho cuando no es así, en muchas oportunidades ellos no actúan bajo ningún principio de conflicto, es sencillamente parte de la tranquilidad que caracteriza al hombre, en comparación con la mujer.
Cuando la tenemos ya no la necesitamos…
Ocurre que esta situación de búsqueda constante de la atención perdida por parte de la mujer, que además no lo hace por caminos directos sino siempre a través de indirectas, termina por agotarlas y se genera resentimiento y amargura, ante el hecho de que infructuosamente pudimos lograr que todo fuera como antes y entonces, buscamos otras vías, otras alternativas y con la misma capacidad que pudimos iniciar una hermosa relación, podemos rápidamente acabar con todo.
Cuando ya toda la situación se encuentra en este punto y el hombre suele preguntar, qué es lo que ocurre? o sencillamente la sensatez aparece, podemos decirle abiertamente lo molesta que estamos ya hace bastante tiempo atrás, entonces todo mágicamente da un vuelco y el hombre comienza por un corto periodo de tiempo a recuperar toda la atención perdida y es en este punto, cuando nos damos cuenta que ya no la necesitamos.
Cuando algo te incomode en tu relación de pareja, no esperes hasta el último instante, en el último momento, para hablarle abiertamente a tu pareja, evita tomar atajos y caminos que bordeen la montaña, busca siempre apechugarla de frente y entonces evitarás, que tu relación tome un rumbo no deseado.
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