Disfrazarse de mujer de vida alegre, de “drag queen”, de ama de casa o de abuela es uno de los recursos más utilizados desde siempre por los hombres. La principal explicación a esta predilección por la ropa femenina puede ser el simple hecho de que es lo que tienen más a mano o que es un disfraz sencillo de hacer. Pero entonces, ¿por qué las mujeres no suelen disfrazarse de hombres? El doctor Martínez-Otero explica que “esta modalidad de travestismo puede deberse a que la sociedad todavía es más restrictiva con el género masculino en lo que se refiere a la expresión de la afectividad y a su despliegue emocional. Esta rigidez se patentiza incluso en el vestir, mucho más variado en la mujer que en el hombre“. Además, “hay más tolerancia hacia la mujer en todo lo que se refiere a la vida emocional y a la indumentaria, y seguramente el hombre compensa el peso de mantener el tipo marcadamente varonil por medio del travestismo efímero que posibilitan los carnavales o fiestas de disfraces”, matiza el especialista.