La clave para lidiar con los problemas de los hijos adultos es estar ahí, con la puerta
abierta, y no ofrecer consejos a menos que pregunten, dice uno de los 742 comentarios
que recibió la columna de The New York Times. Y da en un punto clave. Algo que
Engel aprendió a partir de un llamado telefónico de su hijo Jake. Como era su costumbre,
la madre intentó idearle un plan de acción para salir a flote y en algún momento pensó en
preguntarle si estaba tomando nota de lo que estaba diciéndole. Pero él la paró en seco:
No quiero tus soluciones, sólo que me digas que no es tan malo como parece.
El sólo quería empatía. ¿Eso es todo? Claro que puedo darle eso, pensó ella.
Los padres que quieren mantener una conexión con sus hijos adultos, dicen los expertos,
tienen que aprender a mirarlos como pares. Ahora los dos son adultos y el hijo merece
(y exige) el mismo respeto. Si necesita asesoramiento, lo va a pedir. Y es clave que lo pidan.
Eso puede tomar tiempo, pero va a pasar. Paciencia. Y cuando pida un consejo, el padre
debe responder de la misma manera como si se tratara de un amigo. Si resulta, usted se dará
cuenta de que conservaron la conexión que tenían cuando él era un niño. Esta vez,
desde un sitial de adulto.
José Miguel Jaque
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