Supongamos que te estoy diciendo:
-que te amo,
que estoy pensando en ti-.
Que te extrañan mis manos,
que está fría mí cama;
que mi café sin tus besos
no me sabe a nada.
Supongamos que te estoy diciendo:
que mis manos se llenan de suspiros cuando te escribo.
Y que aún te sigo buscando
entre mís letras...~
( María Victoria Hernández )